Putin, como en su día hizo Obama, amaga pero no pega
El líder ruso advierte que «otro ataque de EE.UU. podría acabar sembrando el caos»
En una conversación telefónica mantenida ayer con su homólogo iraní, Hasan Rohaní, el presidente ruso, Vladímir Putin, repitió una vez más lo ya enunciado por toda la diplomacia rusa en las última horas, que la incursión aliada del sábado contra Siria –«un ataque contra un estado soberano»– pone en peligro el Derecho Internacional y todo el sistema de relaciones a nivel global.
«Un nuevo ataque de Estados Unidos contra Siria podría acabar sembrando el caos en las relaciones internacionales», convino Putin ayer con Rohaní, según el servicio de prensa del Kremlin. El líder iraní añadió que la incursión aliada «no debe quedar impune». Moscú y Teherán son los valedores del régimen de Bashar al Assad y sus únicos soportes militares, además de Hizbolá, en su intento de recuperar la unidad territorial del país.
Pero, pese a las constantes amenazas y advertencias de Putin a Occidente, la capacidad de Rusia de revertir la actual tendencia en su contra en el teatro de operaciones sirio e incluso, tal vez, en el ucraniano, se empieza a perfilar como muy limitada. Parece como que el recurso al pataleo se presenta como el único al que el máximo dirigente ruso puede recurrir en la actual situación.
Desde que Rusia decidiera intervenir en Siria en apoyo de Assad, en septiembre de 2015, son muchos los recursos económicos y militares dilapidados y no pocos los rusos que se han dejado la vida. El daño asestado al dispositivo militar sirio tras los bombardeos del sábado suponen un importante debilitamiento que va a repercutir en Rusia. Pero la exhibición de misiles imposibles de interceptar que hizo Putin el 1 de marzo, en su discurso ante las dos cámaras parlamentarias, no ha logrado amedrentar a Occidente. El mandatario ruso sabe muy bien amagar, pero no termina de pegar.
Intercambio de sanciones
Quien sí sigue golpeando y con fuerza es Estados Unidos a Rusia mediante todo tipo de sanciones. La última tanda de medidas fue anunciada por el Departamento del Tesoro norteamericano el pasado día 6 contra 26 personas y 12 empresas rusas, entre los que se encuentran los 7 magnates más próximos al presidente Vladímir Putin y 17 altos cargos del Gobierno y la Administración del Kremlin. El resultado fue el desplome de los índices bursátiles rusos y un nuevo debilitamiento de la moneda del país. el rublo, que todavía no ha logrado recuperarse.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos dará hoy a conocer otro paquete más de sanciones contra Rusia, según la representante norteamericana ante la ONU, Nikki Haley, por su apoyo a Assad. Afectará a aquellas empresas rusas que suministren cualquier tipo de equipamientos al régimen sirio, en especial vinculados al empleo de armas químicas.
Rusia respondió a la expulsión de 60 diplomáticos rusos de EE.UU. el mes pasado declarando persona non grata a la misma cantidad de funcionarios estadounidenses, pero todavía no ha adoptado ninguna represalia en relación con las sanciones que amenazan con hundir a 7 oligarcas ruso, entre ellos Oleg Deripaska, el «rey del aluminio».
El viernes, fue presentado en el Parlamento ruso un proyecto de ley para contestar a las últimas sanciones de Washington y contempla la posibilidad de un embargo a algunos productos.
Un pozo sin fondo Desde 2015, son muchos los recursos utilizados por Moscú para apoyar a Assad y muchas sus bajas humanas