La vida en cartas de Góngora y Lope
El profesor Antonio Carreño analiza la personalidad de los escritores a través de las misivas que dejaron
«L ope y Góngora revelan estados de ánimo que fijan un abanico de sentimientos encontrados: alegrías, enfados, estados, molestias, sospechas, humor, hambre, desdenes familiares, achaques, enfermedades, melancolía… Un variado despliegue de emociones que dibujan una sutil cartografía de la subjetividad que, a su vez, forma parte del retrato auténtico del gran poeta cordobés, Luis de Góngora». Lo dijo ayer en Córdoba el profesor emérito de la Brown University Antonio Carreño, en la conferencia «De Lope y Góngora: entre cartas», en la Cátedra Góngora.
La charla desmenuzó el estado social, histórico y económico de la corte madrileña en las tres primeras décadas del siglo XVII y los avatares personales de Lope de Vega y Luis de Góngora. La conferencia, indagó en formas literarias que cultivaron ambos autores, como misivas, epístolas o billetes de amor que, según Carreño «eran moneda común entre los más insignes escritores del Siglo de Oro y formaban parte de un gran grupo de paratextos que circulaban, bien de forma independiente, bien incrustados en otros géneros literarios, y que ahora ofrecen un reflejo del estado social, histórico y económico de aquella época».
El también escritor Antonio Carreño explicó que se trata de «cartas que surgen del arte espontáneo que mueve una necesidad, una atención familiar, un afecto no correspondido o un desdén por parte de amigos».
Por ejemplo, en una de ellas, escribe Lope: «Otra vez me he visto con el de Góngora, que acaso hallé por la tarde con el Almirante. Está más humano conmigo, que le debo haber parecido más hombre de bien de lo que él me imaginaba». Mientras, en Góngora, aparecen continúas peticiones de ayuda económica para saldar préstamos, gastos de alimentos, alquileres de aposentos, coches de caballos, servicio doméstico y problemas con acreedores y arrendantarios, además de la constante crónica de quién se casaba con quién.
Asimismo, el doctor en lenguas románicas trazó también «el mapa de una básica cultura material, como el gusto de los dos escritores por las anguilas, las alcaparras, el tocino de Rute, el aceite que llegaba de Baena, las aceitunas negras y moradas».
Enfermedades
Las cartas, tanto en Lope de Vega como en Luis de Góngora no son, a juicio del especialista, «ajenas a la ambición política y al medro personal y, por tanto, se convierten en un noticiario sobre quién entra y sale en la corte, sobre quién pulula en torno al Palacio Real, sobre llegadas y salidas reales, y sobre enredos amorosos, sobre todo en el caso de Lope», señaló el especialista en ambos autores. «De ese modo», añadió, «las cartas constituyen una crónica de acontecimientos históricos como la enfermedad del rey, la indisposiciones y sangrías, los estados de ánimo, las idas y venidas de nobles, la situación política en Italia, el sonado caso del marqués de Siete Iglesias...».
El director de la Cátedra Góngora de la Universidad de Córdoba, Joaquín Roses, fue el encargado de hacer la presentación de Antonio Carreño que es profesor emérito de la cátedra William Duncan McMillan en la Brown University de Rhode Island. Carreño recibió el Premio Ramón Menéndez Pidal de la Real Academia de la Lengua por su monografía sobre Lope de Vega. Cree que este autor «es el Shakespeare de la literatura española».
Testimonios Los escritores muestran sus estados de ánimo, pero también las ambiciones políticas y personales