Juego de tronos en el reino del pop
Las entradas estaban agotadísimas, pero los últimos reajustes de producción del espectáculo que va a dar Bruno Mars en el estadio del Atlético de Madrid han permitido poner a la venta esta semana un número limitado de localidades extra, de inmejorable ubicación para el show, que han durado sólo unos minutos. Era de esperar, tratándose del único personaje que ha hecho que la prensa musical desempolve esa vieja frase hecha de «rey del pop».
Desde la muerte de Michael Jackson en 2009 nadie había conseguido suscitar semejante calificativo, al menos en el panorama masculino. Y bueno, hay quien dice que no tiene tanto mérito porque Mars es un calco de «Jacko», o al menos lo intenta en muchos sentidos. Pero se olvidan de que Michael también hizo lo mismo. Imitar a sus héroes para escribir un nuevo capítulo en el juego de tronos del reino del pop.
En el caso de Jackson, las referencias básicas sobre las que construyó su imperio fueron James Brown y Jackie Wilson. Mars ha adoptado algunos gestos que remiten al autor de «Thriller», pero es de justicia reconocer que sus conquistas también tienen mucho que ver con que es un artista hecho a sí mismo.
Estrella a los seis años
Se subió al primer escenario con cuatro años, y al cumplir los seis ya tenía en su poder el récord de «imitador de Elvis más joven del mundo». Siendo un adolescente se trasladó a Los Angeles, y tras una breve relación con Motown Records (y decepcionante, pues era el sello de sus sueños), se las apañó para entablar relación con estrellas del pop como Flo Rida, Adam Levine o Sugababes. Y así fue como en 2010 tuvo su ansiada oportunidad, lanzando un disco de debut, «Doo-Wops & Hooligans», cuyo single «Just the way you are» alcanzó el número uno en el Billboard 100. Y de ahí, al cielo.
El incidente de la cocaína
Por el camino sólo se encontró con un pequeño bache, un obstáculo que se puso él mismo en su camino. Ese mismo año fue arrestado en Las Vegas por posesión de cocaína, pero pudo evitar la cárcel declarándose culpable, pagando 2.000 dólares de multa, cumpliendo 200 horas de servicios comunitarios y asistiendo a un curso de rehabilitación para toxicómanos. Una vez «limpio», Mars contraatacó, y de qué manera. En 2012, se convertiría definitivamente en el nuevo héroe del funk-soul-pop tras el lanzamiento de «Unorthodox Jukebox», álbum con el que completó una gira internacional de éxito abrumador. Y en 2014 se consagró como estrella planetaria protagonizando el espectáculo musical más grande del mundo, la Super Bowl. Antes de terminar el año publicaba su «megahit» por excelencia, «Uptown Funk», en colaboración con Mark Ronson.
La gira «The 24k Magic World Tour», que también pasará por Portugal, Francia, Noruega, Dinamarca, Polonia, Escocia, Irlanda y Reino Unido, llega a España con unos teloneros de lujo, Para calentar motores primero habrá una sesión de DJ Rashida, una de las DJ’s más populares de la actualidad por su fusión de hip-hop, funk, soul dancehall, house y pop. Ya acompañó a Mars y Cardi B en su vídeo «Finesse», y sus espectáculos son una coctelera explosiva que ha dejado exhaustas a sus audiencias en Londres, Nueva York, Tokio, Dubai, Ibiza, Sídney o París. Luego será el turno de DNCE, «la banda de dance-rock estadounidense del momento», autor de hits globales como «Cake by The Ocean» o «Kissing Strangers ft. Nicki Minaj». En la escena desde 2015, el grupo está formado por el ex Jonas Brother, Joe Jonas, a quien acompaña Jack Lawless, Cole Whittle y JinJoo Lee.
Después, las luces se apagarán para recibir a un artista al que no sólo le gustan las citas multitudinarias. En Barcelona, cuando termine el concierto, Mars saldrá corriendo a la sala Sutton para ofrecer una «afterparty» para unos pocos afortunados, y que tendrá formato de «showcase» con la interpretación en directo de tres o cuatro de sus grandes éxitos.
Línea sucesoria Mars «imita» a Michael Jackson, igual que él lo hizo con Jackie Wilson o James Brown