Florentino arremete contra Rubiales: «Tuvo una absurda reacción de orgullo»
La presentación de Lopetegui escenifica la ruptura total del Real Madrid con el presidente de la Federación Española
Alas 19.15 horas, con quince minutos de retraso y solo treinta después de que finalizara la rueda de prensa de Fernando Hierro y Sergio Ramos previa al estreno de España en el Mundial, Florentino Pérez y Julen Lopetegui hacían acto de presencia. Cómo cambia la vida en apenas 48 horas.
El lugar elegido, la antelasala del Palco de Honor del Santiago Bernabéu, literalmente a rebosar. Más de 300 personas, entre invitados vips –como Rául, Butragueño o Arbeloa–, familia del nuevo técnico –su mujer Rosa y sus hijos Jon, Daniel y María–, y socios y aficionados blancos con un objetivo claro: aplaudir y vitorear cada respuesta y declaración del presidente y del entrenador del Real Madrid, y abuchear preguntas de los periodistas que no eran del agrado del madridismo. Mientras, los medios, en un número que rondaba el centenar de periodistas, cámaras y fotógrafos, a un lado, delimitados en una zona de no más de 25 metros cuadrados. Esa fue la singular puesta en escena del día uno de Lopetegui como nuevo entrenador del Real Madrid. Su polémica salida de la selección incendió una presentación que sacó el lado más vehemente de Florentino Pérez, enfadado e indignado con Luis Rubiales, al que atizó de manera pública, y luego también en privado, como nunca antes lo había hecho en su papel de presidente blanco.
«Orgullo mal entendido»
«A Rubiales le comuniqué el acuerdo que incumbe a Lopetegui y al Real Madrid en legítima libertad. Lo que debería ser un acto de normalidad se fue transformando en una absurda reacción de orgullo mal entendido para desprestigiar al Madrid. No hay un solo argumento que justifique que Julen no esté este viernes en el debut de España en el Mundial. La respuesta de Rubiales fue desproporcionada e injusta», argumentó Florentino Pérez en un tono serio.
El mandatario explicó que el Real Madrid y Lopetegui alcanzaron un acuerdo para después del Mundial en un «ejercicio de libertad de ambas partes», respetando cláusulas y términos de su contrato como «una muestra de transparencia para evitar especulaciones y rumores». Además, Pérez calificó la metodología utilizada por club y entrenador como leal y honesta, e insinuó que Luis Rubiales quiere tratar a sus empleados con métodos medievales: «No hay precedentes en la historia del fútbol de que un acuerdo así se haya considerado desleal. En decenas de casos menos conocidos que firmaron con otros equipos pasó esto. Tampoco en ningún caso el equipo era el Real Madrid, que se siente orgulloso de haber contribuido a la grandeza y éxitos de la selección. Los que mezclan las cosas tienen un sentido patrimonial de las personas e instituciones ya superados en la España del siglo XXI».
Las estruendosas palabras de Florentino acabaron con un mensaje hacia la afición, con el objetivo de evitar que las acciones y declaraciones de Rubiales manchen la imagen y los valores del club blanco, y se ponga de una vez freno a la riada de críticas recibidas por el fichaje de Lopetegui: «Ahora lo importante es la unidad del madridismo, que crece para seguir siendo el club más querido, respetado y admirado del mundo. No practico el victimismo, pero debemos hacer frente a la corriente que existe de dañar la imagen del club, aún viviendo una de las épocas más extraordinarias»
Julen, también muy duro
Lopetegui, enormemente agradecido por la oportunidad de entrenar al Real Madrid y la defensa a ultranza de Florentino Pérez, tampoco tiró de su habitual prudencia y continuó con la lí-
nea crítica del presidente blanco, en un momento de sonrisas y lágrimas de alta contenido emotivo: «Yo soy leal a mi responsabilidad y eso es algo que aprendí en el Real Madrid. Hemos sido profesionales, honestos y claros. La lealtad es decir la verdad y en cuanto hubo algo que decir, Rubiales lo supo. Me hubiera gustado que el presidente de la Federación hubiera hecho las cosas de otra manera. Ayer fue un día surrealista, el más triste de mi vida desde la muerte de mi madre... pero hoy es el más feliz».
Julen Lopetegui tuvo dudas cuando se le cuestionó si se había sentido humillado por Rubiales, pero no quiso darle el gusto de decir que sí, y manifestó marcharse de la selección orgulloso de su trabajo a la vez que triste por quedarse a las puertas de un Mundial: «Yo tenía claro que una de las cosas más importantes es que el acuerdo se tenía que cerrar antes de empezar el Mundial. Así fue, hubo un escenario de felicitación por parte de la Federación y una rueda de prensa que quería dar, pero para la que Rubiales estaba lejos. Por eso le esperé. Luego lo que pasó en todas esas horas lo desconozco. Para mí, el único motivo de anunciarlo en ese momento era ser honesto y transparente, porque el ocultismo nos llevaría a una situación mala y no la quería».
Las únicas palabras bonitas del ya exseleccionador fueron para los jugadores españoles, de los que está convencido que ganarán el Mundial: «Animaré como un español más porque me siento participe de este equipo. Harán un campeonato fantástico y seguro que traen el título para España».
ESCENIFICACIÓN Socios e hinchas presentes en el acto aplaudieron y vitorearon, según gustos, preguntas de los medios