ABC (Córdoba)

Rusia se gusta en la inauguraci­ón

Putin y una goleada contra Arabia Saudí abren el Mundial. Destacó el «villarreal­ense» Cheryshev con dos buenos tantos

- HUGHES ENVIADO ESPECIAL A MOSCÚ

El sorprenden­te buen estado de forma de Robbie Williams, estrella de la ceremonia inaugural –que en el programa de FIFA venía como «icono global»– contribuyó a la ilusión de que pasan los Mundiales pero no el tiempo. Además estaban Ronaldo y Casillas portando la Copa junto a la top model Natalia Vodianova. Cuando conectan con sus emisoras, a los correspons­ales brasileños y argentinos se les oye comentar la belleza de las rusas. Parece que allí les preguntan. Aquí no vamos a incurrir en semejante cosa y tendrán ustedes que hacerse una idea.

Fueron presentado­s el balón «Telstar 18» y la mascota Zabikava –el mundo de las mascotas no es que evolucione mucho– y al final intervino el Poder. Putin inauguró el Mundial con unas palabrilla­s desde su Palco, no en el césped, a cierta distancia, y fue decepciona­nte que no se descolgara de un helicópter­o o entrara a lomos de algún animal salvaje. Estuvo deportivo e internacio­nal, sonaba como uno de nuestros políticos socialdemó­cratas, aunque no parecía lo mismo.

Cuando Gazinsky marcó de cabeza el primer gol del Mundial, Putin y el heredero saudí, Mohamed bin Salman, se dieron la mano sobre el regazo de Gianni Infantino, que sonreía propiciato­rio.

El 1-0 había llegado pronto y gracias al dominio inicial ruso. El fatídico Dzagoev se lesionó de nuevo y eso no le vino del todo mal a Rusia porque entró Cheryshev, más veloz y apto para el contragolp­e. Con el 1-0, Rusia le había dado a Arabia Saudí la pelota sin ningún pudor y con ello todos los problemas. La posesión fue árabe, lo que quizás sea una novedad mundialist­a. Hubo un par de buenas contras rusas, y Cheryshev marcó el 2-0 de zurdazo.

Prestancia

En Arabia destacó el central Osama, aunque quizás parte de la prestancia se la daba el nombre. El pichichi de la fase clasificat­oria, Al Sahlawi, apareció una vez por tiempo.

La segunda mitad fue similar. Rusia, absolutame­nte tranquila en su campo. El selecciona­dor Cherchesov, exportero con aspecto de levantador de pesas antiguo, contó en la previa que sus jugadores se relajan jugando al Trivial Pursuit. No parece un equipo abrumado por la responsabi­lidad.

Arabia tuvo el balón sin peligro alguno desesperan­do lentamente a su técnico Pizzi. Siete jugadores saudíes juegan en el Al Ahli FC y otros nueve en el Al Hilal FC. Smolov dejó algún detalle, incluso intentó una sorprenden­te cola de vaca, pero falló las ocasiones que tuvo, así que Cherchesov lo cambió por Dzyuba y nada más salir marcó el 3-0. Dzyuba es un delantero de 194 cms de alto y posiblemen­te 100 de ancho que juega en el Arsenal Tula ruso. Cuando el partido languidecí­a, Cheryshev marcó su segundo golazo, convirtién­dose así en la primera estrella del Mundial.

Es difícil decirlo tan pronto, pero los jugadores rusos no dejan la sensación de frialdad lunar habitual de otros campeonato­s.

Golovin puso la firma a su actuación con un golazo de falta en el 90. Putin hizo un gesto de poca sorpresa, como si dijera «así hacemos ahora las cosas por aquí».

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EFE Una de las imágenes de la ceremonia inaugural
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REUTERS Cheryshev celebra un gol
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