El Imperio resucita por un día
Tras la goleada de ayer, Rusia aspira a reverdecer los laureles del gran equipo en el que jugaba Yashin, el mito de la época. Ha cosechado continuos fracasos desde que la antigua URSS fue cuarta en el Mundial de Inglaterra en 1966
José Luis Garci asegura que aquella tarde llovió en Madrid. Era el 21 de junio de 1964. Una jornada histórica porque España ganó su primer campeonato europeo frente a Rusia, una selección plagada de estrellas y que llegaba al Bernabéu a defender su título.
Ha pasado más de medio siglo y Rusia ya no es lo que era. La caída del Imperio soviético mermó el potencial futbolístico del país que acoge el Mundial y que ayer debutó frente a Arabia Saudí con una contundente victoria. No hay motivos para la euforia porque su rival era un conjunto menor, sin nivel para una competición tan exigente. Quedarán los dos golazos de Cheryshev, rehabilitado tras no haber cuajado en nuestra Liga.
¿Volverá Rusia a ser aquella temible selección? Parecía imposible derrotar al equipo que llegó a nuestro país con un aura de imbatibilidad. Vestían la camiseta jugadores de la talla de Lev Yashin, Voronin, Ivanov y Jusainov. Todavía recuerdo los gritos de mis vecinos en Miranda cuando Marcelino marcó a cinco minutos del final.
Todos los niños queríamos imitar al gran Yashin, apodado La Araña Negra, el mito de la época. El legendario meta del Dynamo de Moscú había sido Balón de Oro en 1963 y parecía imbatible. Medía casi dos metros, pero sus largos brazos no pudieron atrapar aquel cabezazo. Murió en 1990 tras ser elegido por la FIFA el mejor portero del siglo XX.
La antigua URSS inició un lento declive, aunque todavía logró ser cuarta en el Mundial de Inglaterra en 1966. Tuvo, sin embargo, un momento de fulgor con aquel Dynamo de Kiev que venció en Lyon al Atlético de Madrid, entrenado por Luis Aragonés, en 1986. Los rojiblancos cayeron por 3 a 0 frente a un conjunto muy superior, con dos delanteros excepcionales: Blokhin y Belanov. Dejando al margen la infumable horterada de la inauguración de ayer, Rusia tiene la gran oportunidad de reivindicarse tras su racha de fracasos. En el Mundial de Brasil, no pudo superar la fase clasificatoria tras empatar con Argelia. Putin se ha gastado 10.000 millones de dólares en el evento, empeñado en reverdecer los laureles de la antigua Unión Soviética, a la que sirvió como funcionario del KGB. Veremos si lo consigue.