Johnson presenta su propio plan para el Brexit, que seguiría el modelo canadiense
Boris Johnson, que dimitió de su cargo como ministro de Exteriores por no estar de acuerdo con el plan para el Brexit, sigue empeñado en conceder a Reino Unido un Brexit abrupto, sin pacto, con la UE, que permita a su país negociar con Bruselas un acuerdo de libre comercio al estilo del que firmó Canadá con el club comunitario.
Lo ha dicho desde su atalaya, una columna semanal en el periódico oficial euroescéptico «The Telegraph». En ella desgrana su propia propuesta a la vez que menosprecia la estrategia de la primera ministra, Theresa May, que considera «una humillación moral e intelectual». Para Johnson, el modelo a seguir sería el canadiense y su plan incluiría «cero aranceles y cero cuotas» sobre todas las importaciones y exportaciones y acuerdos de reconocimiento mutuo que cubran las regulaciones del Reino Unido y la UE para garantizar la «conformidad de los productos con los estándares de cada uno».
La frontera irlandesa
En definitiva, un «trato que cubra tanto bienes como servicios» diferenciado del que ahora quiere llevar a cabo el Gobierno y que para Johnson sería un «desastre democrático» y «un engaño al electorado».
El actual acuerdo firmado por la UE con Canadá, de 2016, elimina la gran mayoría de los aranceles aduaneros sobre las exportaciones entre ambos países y por eso Johnson sostiene que debería ser «relativamente sencillo» negociar aspectos esenciales para campos determinados como el de la aviación con un proceso que reconocería las reglas de cada uno y un mecanismo de disputa en el que las instituciones de ambas partes tengan poder una sobre la otra.
Su modelo, eso sí, crearía más fricción en el comercio ya que los productos que provienen de Canadá al mercado de la UE pueden estar sujetos a una variedad de controles, como asegurarse de que las declaraciones de aduanas se completen correctamente, verificar las normas de los productos y los pagos del IVA o garantizar la seguridad de las importaciones de alimentos y animales.
Eso sin contar el problema de la frontera que se tendría que levantar de nuevo en Irlanda y que supondría una vuelta al pasado. En ese sentido y para evitar esos puestos fronterizos, Johnson optaría por soluciones tecnológicas para mantener las cadenas de suministro funcionando sin problemas, aunque no aporta cuales serían.