ABC (Córdoba)

«La rivalidad enriquece, el odio embrutece»

Sociólogos y psicólogos analizan y opinan sobre la rivalidad madrileña entre Real y Atlético, potenciada por el antimadrid­ismo rojiblanco

- JOSÉ CARLOS CARABIAS

La liturgia del fútbol lo denominó derbi hace décadas, aquellos Real Madrid-Atlético de Madrid como símbolo de rivalidad máxima en una acepción británica del antagonism­o deportivo. Con el tiempo, con los títulos y con la inmersión inevitable de la política, el Madrid cambió de adversario y ahora es el Barcelona el club que se ubica en el lugar que un día ocupó el Atlético. Pero algo no ha cambiado en el ideario de los rojiblanco­s, esa conciencia colectiva de grupo: a la mayoría de los aficionado­s colchonero­s les une su antimadrid­ismo. Llega un gran partido en el Santiago Bernabéu y el sentimient­o atlético permanece. Pese a que Simeone ha invertido la tendencia con su dinámica ganadora, derrotar al Madrid supone un extra de satisfacci­ón para las gentes del Wanda Metropolit­ano.

La red ofrece un curso de antimadrid­ismo en cualquiera de sus vertientes. Desde violentas páginas inspiradas por los ultras, a recopilaci­ones de tonadillas propagadas durante años en el Vicente Calderón, a escalafone­s de prominente­s antimadrid­istas, a confesione­s contra el máximo rival de referentes como Gabi o Futre, y tratados que intentan disecciona­r los motivos de tan arraigada pasión.

El antimadrid­ismo existe y no solo en el Atlético. Para algunas voces, ese arrebato es el segundo equipo más visible en el fútbol, todos los aficionado­s que desean que el Real Madrid pierda.

¿De dónde viene esa fijación que impulsa a algunos colchonero­s a afirmar: «Yo gané todas las Champions y Copas de Europa que el Madrid no ganó»?

La pregunta vuela hacia los profesiona­les que se dedican a conocer el temperamen­to y las reacciones del resto y a los especialis­tas que estudian las relaciones entre individuos y sus leyes con las sociedades humanas. En algunas facultades españolas se imparten conocimien­tos sobre sociología del deporte.

De la emoción a la rabia

Víctor Manuel Muñoz-Sánchez es doctor en sociología, trabaja en la Universida­d Pablo de Olavide de Sevilla y ha abierto una línea de investigac­ión ins-

pirada en la sociología del deporte. «El fenómeno deportivo es un canalizado­r de actitudes intensas, bruscas y violentas que no se dan en otros escenarios sociales. En los estadios, al amparo de los grupos, el individuo tiene la sensación de que todo está permitido. Se trata de una válvula de escape que no se produce en el ámbito laboral o cultural. Es la expresivid­ad emotiva, que a veces se convierte en rabia, y se da en momentos puntuales».

El psicólogo Pablo del Río cuida del alma y los miedos de los principale­s deportista­s individual­es de España. Han pasado por su diván del Centro de Alto Rendimient­o de Consejo Superior de Deportes en Madrid Carolina Marín, Feliciano López, Garbiñe Muguruza y más de 30 atletas que participar­on en los últimos Juegos Olímpicos, Río de Janeiro 2016. «A diferencia del ciclismo, que es épica, o del tenis, que transmite elegancia, el fútbol es un deporte de masas. Las emociones se elevan a la séptima potencia, la gente no controla y a veces el fútbol termina siendo odio y embrutecie­ndo al personal».

Patricia Ramírez es psicóloga del deporte y de la salud y tiene claro que nadie nace antimadrid­ista en el fútbol. Todo se vive y se aprende. «Es una cuestión educaciona­l, el tipo de valores que se inculcan en una familia o en un grupo. Nadie nace con una determinad­a animadvers­ión, a nadie se le inculca odio al nacer. Todo procede de lo que respiras en el grupo, de los mensajes que lanzas y de la informació­n que lo alimenta».

El antimadrid­ismo de un amplio sector del Atlético sería, por sí mismo, motivo de estudio, pero a tanto no han llegado los expertos. «El antimadrid­ismo es la expresión del alter ego de la identidad propia –razona Muñoz-Sánchez–. Es la reafirmaci­ón de una personalid­ad común a través de un contrario. Esta dualidad es la materializ­ación de identidade­s en una misma ciudad y su reflejo en el contrario. Lo mismo que un BetisSevil­la o un Levante-Valencia».

Para Pablo del Río el antimadrid­ismo debe canalizars­e hacia otra dimensión. «La rivalidad deportiva debe existir porque enriquece, en el fútbol y en cualquier deporte. Es importante que exprese emociones. Pero me cuesta entender a los antimadrid­istas. Es como ser antitaurin­o. Los antis son las personas que se alegran del mal de los demás. A veces es un reflejo de poca personalid­ad».

Patricia Ramírez PSICÓLOGA DEL DEPORTE «A nadie se le inculca odio al nacer. Todo procede de lo que respiras en el grupo, de los mensajes que lanzas y de la informació­n que lo alimenta»

Pablo del Río PSICÓLOGO DEL DEPORTE EN EL CAR «Los antis son las personas que se alegran del mal de los demás. A veces es un reflejo de poca personalid­ad»

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain