ABC (Córdoba)

VÁSTAGOS ANTE EL ESCAPARATE

- ÁNGEL ANTONIO HERRERA

No todo hijo de famoso es famoso, porque hay quien prefiere una existencia bajo el lema del clásico: la delicia del vivir oculto. Son los vástagos que desprecian el escaparate, mientras otros van y lo ocupan. Las hijas del gran Joaquín Sabina,

Carmela y Rocío, son dos chavalas prósperas y distintas que están a lo suyo, muy retranquea­das en los apellidos Martínez Oliart, que son los del deneí. De modo que no se adornan nunca de «hijas de», ni siquiera en los conciertos, donde van y vienen con el sigilo admirable de dos particular­es. Por la punta contraria, asoman criaturas como Tamara Falcó, Ana Boyer, Chabeli Iglesias. Y también gentes de muy distinta lámina como Chabelita, Gloria Camila,o Rocío Flores, hijas de Isabel Pantoja, Rocío Jurado y Rocío Carrasco, respectiva­mente. En medio de todo este guateque, están Rafael y Luis Medina, hijos aristócrat­as de Nati Abascal, o bien Borja Thyssen, hijo de la baronesa, que gusta de presentarn­os a todo cromo a sus dos gemelas, Carmen y Sabina.

Hay, como vemos, una fama por vía genética, que no es la fama por vía de contagio, esa fama que se lleva entre los novios cabreados de primetime o las busconas de trimestre. Acabamos de citar algunos casos notables, y de mucho apellido, pero hay más, obviamente. Chabelita ha pillado faena sobrante de chavala sin oficio. Vio rápi- do que podría ejercer de «hija de», que es cosa que viene directa en el libro de familia, y luego se trabaja, o no se trabaja. Pues ella se lo viene trabajando hasta con plató propio, en algún momento, mientras le hacen por ahí el coro gritón y adverso las novias de algún novio que ella tuvo, que no es «hijo de», pero casi como si lo fuera.

Gloria Camila es el enigma con sonrisa andaluza. Gasta una popularida­d de intermiten­cia, y quienes la tratan avalan un espíritu de poco alboroto. Rocío Flores cumplió dieciocho años y supimos que tuvo litigio con la madre. Se nos descubrió mayor de edad con noticia dentro, igual que en su día Chabelita, que traía la primicia literalmen­te dentro, porque venía embarazada. En paralelo a estas gentes populares, digamos, prosperan las finas hijas de la Preysler, que son las nuevas chicas de

escaparate. En Tamara Falcó y Ana Boyer veo yo las titulares de la gimnasia de la portada, que es deporte donde su madre aún sostiene cotización, como una hermana de muchas décadas. Tamara ya sabemos que es una delicia de chica que casi hay que emitir bajo subtítulos, porque habla con diccionari­o de chicle. Nunca sabemos si lo que necesita es un nuevo novio, o un logopeda. Pero está ahí, ejerciendo de Tamara, que es su empleo de mucho póster y poco desvelo. Ana Boyer es una musa de Porcelanos­a, y una ninfa de tenista.

En la grada de enfrente están dos dandis de linaje, Rafael y Luis Medina. Enraman con los Medinaceli, pero los trajes no les quedan antiguos. Son el gentleman con gimnasio, dos apolos del Guadalquiv­ir. Borja Thyssen se nos queda en hipster de talonario, más el familión de tatuajes.

 ?? E. AGUDO ?? Ana Boyer y Tamara Falcó
E. AGUDO Ana Boyer y Tamara Falcó
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain