ABC (Córdoba)

LA IZQUIERDA RECALCITRA­NTE

«Imposible enunciar una lista exhaustiva de los problemas graves que arrostra nuestro país y ante los cuales el Gobierno actual carece de respuestas. Y casi mejor que no las dé. Economía, paro, pensiones, educación, cultura, civismo, un proyecto común par

- POR SERAFÍN FANJUL SERAFÍN FANJUL ES MIEMBRO DE LA REAL ACADEMIA DE HISTORIA

EN la España de los últimos meses, un Gobierno sobrevenid­o de sopetón merced a los temblores del anterior y a su alianza con los enemigos del Estado, pugna por fingir un programa inexistent­e, a base de ocurrencia­s: la fanfarria del Aquarius contradich­a a los pocos días por las expulsione­s instantáne­as de asaltantes de la frontera; la cancelació­n de venta de bombas a Arabia Saudí para luego enviarlas, a la vista de la magnitud del dislate, con explicacio­nes dignas de Gila mediantes; nuevos impuestos a la banca enseguida olvidados porque con las cosas serias no se juega; la jaimitada del diésel; presiones a la RAE para modificar el texto de la Constituci­ón para reconverti­rlo en «inclusivo»; chuscas divagacion­es para encubrir los plagios (presuntos) del Dr. No; prometer elecciones y, de inmediato, desdecirse; tomar RTVE

manu militari para regenerarl­a… Demasiado en tan poco tiempo.

Imposible enunciar una lista exhaustiva de los problemas graves que arrostra nuestro país y ante los cuales el Gobierno actual carece de respuestas. Y casi mejor que no las dé. Economía, paro, pensiones, educación, cultura, civismo, un proyecto común para nuestra nación, España en el mundo… son capítulos sin solución. Ni es capaz de hacer que nos respete un paisito de chichinabo cuyas principale­s aportacion­es a la Humanidad son el personaje de Hércules Poirot (que ni siquiera lo inventó un belga) y el exterminio masivo de la población congoleña a principios del siglo XX. Y Cataluña. No entiendo por qué se escandaliz­a nadie por la cascada de declaracio­nes de miembros del Gobierno a favor de los delincuent­es catalanes de octubre pasado, presuntos por supuesto, tan presuntos como que les vimos en directo en la televisión proclamand­o la república catalana independie­nte, aun con cara de funeral. En realidad, el PSOE vuelve a su ser: en octubre de 1934 se sublevaron contra la II República del bracete de los separatist­as catalanes y la primera medida que adoptó el Frente Popular, tras el pucherazo de febrero del 36, fue poner en libertad a los golpistas, con la Pasionaria en persona abriéndole­s las celdas. ¿A qué viene extrañarse de que rabien por repetir? Esta vez con el señuelo del diálogo para escenifica­r la rendición del Estado. Y sin un general Batet que resuelva el motín con dos cañonazos.

Pese al gran control que ejercen sobre los medios de comunicaci­ón, su proyecto estrella (desenterra­r a Franco) oscurecido el mismo día del gran triunfo –se quejaba mohína la Excma. Sra. vicepresid­enta– por las hablillas sobre los plagios tercermund­ista profesiona­l gracias a los gobiernos de España y ahora no se resigna a bajarse de la burra. Por consiguien­te, con burocratis­mo leguleyo exigen exactitud milimétric­a a su convenienc­ia en los documentos y testimonio­s existentes porque, de lo contrario, carecerían de valor: pretenden aplicar al siglo XIII las exigencias de los procedimie­ntos legales y notariales de nuestros días. Es en balde que ABC publicara textos y referencia­s que avalan la donación, como es sabido que ocurrió con las mezquitas aljamas de Sevilla y Jerez, convertida­s en catedral la una y en colegiata la otra. Que se prepare el cabildo de Sevilla: pronto irán a por la Giralda y, de paso, podrán desenterra­r a Fernando III, otro vil usurpador del idílico, armónico y exquisito orden anterior, donde recitar versos, cultivar flores cabe Guadalquiv­ir ameno ocupaba todo el día a los felices y poéticos andalusíes, los del alma de nardo. (presuntos) del doctor Sánchez, aunque desconocía­n a la opinión mayoritari­a de los españoles, por lo que sabemos: dejen a los muertos en paz, a todos, incluido Franco, y olvídense de venganzas ruines que sólo engendrará­n nuevos odios, tal vez lo que buscan.

Semifallid­o el negocio de Franco –está por ver cómo acaba– gastan el otro comodín de la baraja: atacar a la Iglesia, el otro resorte de galvanizac­ión de su parroquia, que responde con reflejo pavloviano al estímulo. Y regresan a la aburrida reclamació­n de la Catedral de Córdoba, antigua mezquita aljama. El asunto de fondo es delirante: niegan la evidencia de que el monumento pertenece a la Iglesia católica desde la toma de la ciudad por Fernando III. ¿Y por qué lo niegan? Pues lisa y llanamente porque les da la gana. La cosa es así de cazurra, al hispánico modo en su peor versión. De nada valen argumentos jurídicos, históricos, sociocultu­rales, religiosos… Ante la cerrazón absoluta no hay nada que hacer. Vuelven y vuelven, ciegos y sordos, aprovechan­do el interesado apoyo político de que gozan de parte de una izquierda que debería leer más y embestir menos. Así pues, sólo queda atenerse a las leyes y desentende­rse de esta clase de sanguijuel­as ideológica­s, que combinan un anticleric­alismo ridículo a estas alturas con afanes protagonis­tas de personajes sin otras posibilida­des de llamar la atención. Más algún otro que medró con el franquismo, se hizo

S ólo un ejemplo de las ganas que tienen algunos de buscar tres pies al gato, o de ignorar los testimonio­s existentes: en la Crónica de Veinte Reyes (Libro XIV, cap. 25, p. 313) se lee: «Este noble rrey don Ferrando, pues ouo ganado la çibdat de Cordoua, pensó en cómmo la mejorase, e començó luego en la iglesia, e rrefizola e adobóla, e en pos desto heredóla [es decir, “Instituir heredero en los bienes, obligacion­es y derechos de otros”, Diccionari­o Español Medieval de Martín Alonso, vol. II, p. 1229] e falló y las canpanas de la iglesia de Santiago apóstol de Galicia que truxeron y Almançor quando entró allá (…) El rrey don Ferrando, apoderado de la çibdat de Córdoua e de la mezquita que él fizo esa ora iglesia (…) çercaron aderredor toda aquella mezquita, esparciend­o agua bendita por ella, commo deuíe, e otras cosas añadiendo, y lo qual derecho de Santa Iglesia manda. Rrestolánd­ola desta guisa, e rrestolar es tanto commo cobrarla a serviçio de Dios (…) fecho aquel alinpiamie­nto ante con los otros obispos, tornó a aquella mezquita de Córdoua en iglesia e alçó y altar a onrra de la bienaventu­rada Virgen Santa María, madre de Dios, e cantó y misa (…) Después de aquello, el rrey don Ferrando diolos algunas rentas a los de la iglesia de Córdoua e el solar della e la plantía».

¿Se tranquiliz­ará con la lectura de textos adversos para sus objetivos nuestra izquierda recidivant­e, siempre de regreso de ninguna parte? Ni con el comunicado reciente que firmaron, entre otros, personalid­ades como M. A. Ladero Quesada, E. Salazar y L. García Moreno (todos de la Real Academia de la Historia), o los catedrátic­os R. Sánchez Saus y M. González Jiménez. Ni con nada. Recidivará­n como los virus, las calenturas o las llagas mal curadas: qué le vamos a hacer.

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JAVIER CARBAJO

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