ABC (Córdoba)

Cuatro siglos hechos al andar

El Cristo de Gracia concentra en la calle sus cuatro siglos de devoción en Córdoba, en una noche multitudin­aria en que volvió a ir solo sobre su paso después de más de 120 años

- POR LUIS MIRANDA

FRENTE a la voluntad de los hombres, la Providenci­a que lleva sus propias cuentas, aunque no se adivinen. No los caminos rectos y previsible­s, sino los torcidos que a cada curva tienen una sorpresa; no la vida tranquila de los hábitos, sino aquella que tiene que inventarse todos los días.

En el calor quieto de la noche de Córdoba se contaba la historia de cuatrocien­tos años que no eran esas eternidade­s ficticias y grandilocu­entes que como no son del todo verdad nunca cambian, sino cuatro siglos de camino que no estaba hecho. La historia se fue definiendo con cada paso, y tuvo muchos cambios en el pavimento y en el paisaje, en las flores y en la cera, pero nunca dejó de girar en torno a un Crucificad­o colosal como una imagen de Dios Padre. La Gracia es un don de Dios que se pide en las oraciones y quienes esperaban en el Patio de los Naranjos sabían que habían acudido allí donde brotaba casi sin pedirla.

Se contaba la historia sola cuando en Córdoba se había hecho de noche y estaba abierta la puerta que las cofradías ganaron en la Catedral, y allí apareció una cruz de guía antigua escoltada por faroles góticos de plata.

En la expectació­n de los abanicos y de mirar los relojes deseando que fuera la hora señalada el Cristo de Gracia, presentido en el interior del bosque de columnas, iba contando esa historia suya que siempre fue insólita para los hombres pero perfectame­nte lógica para Dios, que la escribió.

Relató en el corazón cómo los tarascos, que habían modelado a sus divinidade­s anteriores con una técnica tradiciona­l en pasta de maíz, asumieron que también aquel material les tenía que servir para representa­r a Cristo, y que en uno de aquellos talleres se forjó la imagen monumental y de brazos abiertos, de cuerpo tumefacto y rostro devoto, que encendió el corazón de un cordobés. Quizá pudo conocer algo las primeras procesione­s de Semana Santa pero es improbable que pensara en eso cuando lo envió a su ciudad, a su hermana, y tampoco ella pensaría en que aquella imagen tendría que dejar el entonces joven convento de Nuestra Señora de Gracia.

Se contaba la historia cuando iban saliendo los hermanos y se veían las medallas, jóvenes o ya ajadas por los años. Ya algunos de los que esperaban en el Patio de los Naranjos veían avanzar el paso hacia la puerta y entonces la agrupación musical Cristo de Gracia empezó a tocar su estreno de ayer, «La misión», una adaptación del famoso tema «El oboe de Gabriel». Y en aquellos ecos parecían llegar las historias de las procesione­s de rogativas para pedir agua y sobre todo de todos los años, con cofradía o sin ella, que el Cristo de Gracia había salido en la procesión oficial del Santo Entierro y había mantenido la llama de la Semana Santa en tiempos difíciles.

Con calvario

Al fin apareció y fundó el aire de consumació­n de un Jueves Santo, ese momento en que todo parece a punto de cumplirse cuando se mueve la melena y se miran los brazos crispados y anchos. Era el mismo pero era a la vez otro, en una especie de monte calvario, que esta vez sí llevaba porque no estaban la Virgen de los Dolores y Misericord­ia, San Juan y Santa María Magdalena, que le han acompañado desde 1897, y que nunca faltaron en su paso desde entonces. Nadie de los que allí estaban podía recordar que el Cristo de Gracia no estuviese rodeado del que fue el primer conjunto de misterio de la Semana Santa de Córdoba. En el friso había flores moradas, muy propias, pero en el monte eran naranjas.

Convocó a las Semanas Santas populares del siglo XX, a la saeta que pintó Julio Romero de Torres y a las que cantó como nadie María «La Talegona», a la devoción de lo que primero fueron las gentes del campo y luego los que crearon una ciudad nueva fuera de los antiguos muros pero siempre pendientes de su silueta y de su historia imprevisib­le.

Procesión

En su cuarto centenario la imagen camino arropada por su hermandad y una larga corte de devotos

 ?? ÁLVARO CARMONA ?? El Cristo de Gracia avanza por el Patio de los Naranjos en su procesión extraordin­aria de ayer
ÁLVARO CARMONA El Cristo de Gracia avanza por el Patio de los Naranjos en su procesión extraordin­aria de ayer

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