«Los vientos de cola de la economía se están perdiendo»
Director de Loyola Leaderchip School
No es el hombre del tiempo, pero casi. Anuncia las turbulencias económicas con modelos predictivos fiables. Como un meteorólogo. Y alerta de que entramos en zona de inestabilidad atmosférica. Ojo.
Cada semana, el señor de la imagen anuncia sus previsiones económicas a través de un vídeo blog al modo en que un meteorólogo nos alerta de la borrasca o el anticiclón. La economía se asienta sobre modelos predictivos cada vez más fiables y Manuel Alejandro Cardenete se ha convertido en un augur acreditado de eso que llaman indicadores macroeconómicos. Sobre Córdoba, ha dirigido algunos estudios sectoriales relevantes. Es decir: sabe de nosotros y de nuestra salud económica casi todo. ¿Lloverán puestos de trabajo mañana o persistirá la sequía industrial? Escuchemos su pronóstico. —¿Qué dice su bolita mágica sobre las previsiones andaluzas? —La economía se está ralentizando. Las previsiones de 2,9 puntos de crecimiento para España y 2,8 para Andalucía van a tener que bajar varias décimas. Hay un contexto internacional que se está poniendo en contra.
Los vientos de cola desaparecen, por la guerra comercial de Trump, la subida del petróleo y del tipo de interés o el parón de la financiación de la deuda pública. Y el consumo interno se está parando porque los salarios son bajos. Aunque las tasas se quedarán en un 2,6 o 2,5, y son buenas, el problema es que en España con eso se crea muy poco empleo. —Hay señales para la preocupación. —No para el alarmismo. Que nadie piense que vamos otra vez para la crisis de 2007. Pero las tasas del 3% no las vamos a tener. Y esto implica que vamos a destruir empleo porque nuestro mercado laboral es muy poco flexible. —¿Y de Córdoba qué dice su bolita? —Si para Andalucía la tasa puede ser del 2,5, para Córdoba podría ser el 2,1 o 2,2. Córdoba suele estar tres o cuatro décimas por debajo de la media. —¿Y por qué vamos en el furgón de cola? —Su producción depende básicamente del sector servicios. Prácticamente no hay industria. Hay algo de agroalimentaria y el tema de la joyería. Y cuando la coyuntura económica no viene bien, se nota muy pronto. —¿Solo de turismo y agroalimentación puede vivir Córdoba? —Está viviendo. El 2% en una economía occidental es una tasa muy alta. El problema es que no se traduce en reducción del paro. La ventaja de la industria es que cuando uno produce automóviles, los produce todo el año. No depende de que sea agosto o enero. —Por cierto, el sector servicios está dando señales inquietantes. —Claro. Porque cuando tienes un sueldo congelado hace tiempo y con percepción de que puedes perder el empleo, el consumo se retrae. —¿La industria de Córdoba se fue para no volver? —Eso nunca se sabe. Como decía Keynes, a largo plazo todos muertos. Tiene que haber una acción política dirigida desde arriba. —La principal empresa de Córdoba se llama Hospital Reina Sofía. ¿De qué es síntoma? —Aquí el sector industrial no ha tenido una larga tradición. Reina Sofía es líder en trasplantes o cáncer. Es conocida a nivel mundial. La clave está en que ese modelo de éxito se reprodujera en otros ámbitos. —Un informe de Loyola cifraba en 325 millones el impacto de la joyería. ¿Todavía sigue siendo un motor de Córdoba? —La joyería está formada por muchos autónomos y microempresas. Hay un parque joyero que intenta desatomizar un sector que podría tener más recorrido. No nos lo terminamos de creer. Debería tener un nivel de economía de escala que no se tiene y el Parque Joyero es un intento magnífico. En España tenemos un 98% de pymes o micropymes y eso hace que no podamos competir en los grandes mercados. La joyería necesita músculo financiero y productor y eso no lo hace un pequeño taller con tres personas trabajando. —¿Por qué el Parque Joyero no ha triunfado claramente? —No se ha producido esa deriva hacia una ruptura de la atomización. Si a uno le va razonablemente bien estando solo, ¿para qué se va a enredar en tener que aliarse para crecer? Ese es el poco espíritu emprendedor en Andalucía. No tiene la tradición del empresariado catalán. —Casi 10.000 cordobeses han emigra-
do a Europa en los últimos años. Precisamente la generación más preparada de la historia. —La emigración tiene una connotación negativa. Yo emigré a EEUU un año y estuve casi dos en Bruselas. Y nunca me he sentido emigrante. Trabajar fuera no es algo negativo. El problema es si se hace porque uno no tiene otra opción o porque se quiere crecer. De esos 10.000, ¿cuántos hay de cada perfil? Yo lo desconozco. —La tasa de riesgo de pobreza en España es del 28%. En Andalucía, del 43%. ¿Qué hacemos mal aquí? —La tasa de paro en España está en torno al 16% y en Andalucía en el 23%. Si tenemos la cuarta parte desempleada, el umbral de la pobreza se va al 43%. Eso se consigue, no con subvenciones, sino haciendo que el 23% de paro baje de una tasa razonable como en la UE. —Usted ha dicho que hace falta un cambio político en Andalucía «por higiene». ¿Qué frena el cambio? —Conozco bien México, que ha tenido sesenta años el Gobierno de un solo partido: el PRI. Eso ha creado un nivel de corrupción que es casi imposible de romper. Un solo partido que se mantiene por muchos mandatos termina generando corrupción. Lo de las ilusiones renovadas no me lo creo. Al final uno se termina creyendo que eso es suyo y hace del Gobierno su cortijo. Hace falta renovación. —Tras el «crack» de 2008 alguien dijo que había que refundar el capitalismo. Mejor esperamos sentados. —Totalmente. No se ha hecho. Se han establecido unos mecanismos de supervisión, una fusión de bancos y nuevas ratios para evitar niveles de riesgo, pero el capitalismo no ha cambiado. Pongo un ejemplo: cuando estalló el «crack», en la primera reunión que se produjo en Washington, el presidente de turno de la UE, Nicolas Sarkozy, llegó pidiendo la creación de organismos de supervisión internacional independientes para evitar que fueran juez y parte. EEUU se negó en redondo. No se ha querido poner control. —¿Y qué habría que cambiar? —Yo creo en la economía de mercado pero con ciertos niveles de intervención. Por sí solo, el mercado no soluciona
Ralentización
«Si para Andalucía la tasa de crecimiento puede bajar a 2,5 puntos para Córdoba irá al 2,2»
Platería
«La joyería necesita mucho músculo financiero y productor y eso no lo hace un pequeño taller»
Capitalismo
«Por sí solo, el mercado no soluciona todo. Hay fallos que debe cubrir el Estado»
todo. Hay fallos que debe cubrir el Estado. —¿La economía es la ciencia que predice el pasado? —La economía predice el futuro. Es la ciencia social que estudia la asignación de recursos. Cada vez nos equivocamos menos en los modelos de predicción. Con una salvedad: nuestros modelos se basan en datos del pasado con modelización hacia el futuro. Lo mismo que los partes meteorológicos, que no se equivocan en verano o invierno, porque hay una gran estabilidad en las variables. Con los modelos económicos pasa igual. Cuando todo está estable, prevemos sin problemas. Lo que no se puede predecir es una caída como la de Lehman Brothers.