EL FBI decide ya sobre el futuro del juez de Trump
Los republicanos temen que el caso les pase factura en las próximas elecciones
De nuevo, la suerte de la presidencia de EE.UU. depende del FBI. La policía judicial norteamericana investiga ya, previa autorización del presidente, las acusaciones de intento de violación contra el candidato al Supremo Brett Kavanaugh. Fue una maniobra de última hora de los republicanos para salvar no sólo al juez sino también las elecciones legislativas de noviembre, en las cuales las encuestas contemplan la posibilidad de una mayoría demócrata. El testimonio de la profesora universitaria Christine Blasey Ford contra Kavanaugh el jueves, televisado a toda la nación, provocó protestas en el Capitolio y una oleada de indignación feminista como se recuerdan pocas.
Ahora, tanto Donald Trump como su partido esperan que el FBI confirme lo que ellos mismos han defendido: que no hay pruebas sólidas sobre una agresión supuestamente ocurrida hace 36 años y que el juez ha negado vehementemente. Trump se ha reafirmado en Twitter: «Será un gran miembro del Supremo». Este tipo de investigaciones por parte del FBI son simplemente informativas: los agentes se limitarán a trasladar sus conclusiones a la Casa Blanca. Sólo una denuncia en el Estado donde ocurrieron los hechos, Maryland, hubiera permitido presentar cargos, pero en todo caso el delito ha prescrito.
Tras la comisión de Asuntos Judiciales del Senado del viernes, republicanos y demócratas se permitieron cantar victoria. Los primeros, porque la candidatura de Kavanaugh fue aprobada. Los segundos, porque convencieron a un grupo de republicanos moderados para forzar la investigación del FBI y aplazar una semana la ratificación por el pleno del Senado.
Mayoría muy precaria
La clave fue el senador republicano Jeff Flake, crítico con Trump, que votó a favor de Kavanaugh a pesar de ser increpado en un ascensor por dos mujeres, que le gritaron: «mi agresión no te importa». Flake, compungido, salió de la comisión y negoció con los demócratas una investigación del FBI. En el Senado, los republicanos tienen una precaria mayoría: 51 votos frente a 49 demócratas. Bastan dos votos republicanos para que fracase la candidatura del juez.
El FBI ya ha investigado a Kavanaugh en seis ocasiones durante su carrera judicial, sin hallar conducta impropia. Es cierto que entonces no tenía constancia de las acusaciones de Ford. Los agentes interrogarán a una segunda mujer, Deborah Ramirez, que ha acusado a Kavanaugh de mostrarle sus genitales en una fiesta universitaria.
En un calendario del juez de 1982, que sus abogados han entregado al Senado, figura una fiesta a la que acudió el 1 de julio de aquel año en la que podría haber ocurrido la agresión a Ford. Ahora el FBI se entrevistará con los que participaron en ella. Uno de ellos, Mark Judge, ha negado los hechos. Pocas pruebas más hay de las acusaciones, a parte de los recuerdos que Ford detalló en la vista oral.