ABC (Córdoba)

Australia funde el sueño de España

▶ La selección, que hoy luchará por el bronce ante Bélgica, acusa la fatiga en semifinale­s

- EMILIO V. ESCUDERO

España no estará en la final. La selección volvió a dejarse el alma en la pista, pero esta vez no fue suficiente. El cansancio acumulado durante el torneo y la superiorid­ad de Liz Cambage bajo los aros le dieron el triunfo a Australia y condenaron a la selección a luchar hoy por el bronce ante Bélgica.

La puesta en escena de España no fue buena. Otra vez comenzó dormida. Un mal recurrente que ha arrastrado durante todo el campeonato y que ayer empinó el encuentro demasiado pronto. Liz Cambage, la gigante australian­a, acaparó el protagonis­mo del partido en la primera mitad. Su inabarcabl­e figura fue una pesadilla para Laura Nicholls, que tiró de orgullo para enjugar la diferencia física entre ambas. Aun así, la máxima anotadora del torneo martilleó una y otra vez el aro nacional hasta obligar a Mondelo a sacar bandera blanca (6-21, min. 7).

El técnico recurrió a la misma fórmula que había rescatado al equipo en cuartos de final. La pareja eléctrica formada por Ouviña y Casas. Pura dinamita en la pista. Ambas volvieron a revitaliza­r a la selección, que comenzó la remontada desde atrás. La defensa empezó a funcionar y Australia ya no anotaba con tanta alegría. El duelo se endureció mucho y las chispas alcanzaron la cabeza de Cambage. Porque a la pívot, que es una grandísima jugadora, se le cruzaron los cables y la emprendió con el público, al que provocó en cada acción. Malos modos que encendiero­n a la grada del Santiago Martín y a la propia selección españo- la, que fue poco a poco recortando la distancia hasta irse por delante al descanso (35-34).

En esa reacción coral, cimentada en la defensa, tuvieron un papel relevante Ndour –11 puntos al descanso– y Alba Torrens que, a pesar de jugar mermada este Mundial, sacó a relucir toda su calidad en el segundo cuarto con dos triples consecutiv­os que resultaron fundamenta­les.

Imparable Cambage

Había superado la primera crisis España, a la que de repente se le abrió una vía de agua importante. El desgaste de la defensa a Cambage empezó a pasar factura en forma de personales y mediado el tercer cuarto la única pívot nacional con menos de cuatro faltas era Bea Sánchez. A la selección no le quedó otra que dar facilidade­s a la jugadora australian­a, que campó a sus anchas en la zona. No evitó eso que España siguiera creciendo acunada en su orgullo indomable. De hecho, un parcial de 12-2 le permitió llegar a los últimos ocho minutos con su máxima ventaja (58-50).

Fue entonces cuando a España se le apagaron las luces. La eliminació­n de Ndour y Nicholls dejó vía libre a Cambage, que resultó imparable a pesar del pundonor de Bea Sánchez. Australia equilibró el choque a falta de tres minutos (64-64), pero a partir de ahí solo existió un equipo. No hubo milagro para la selección, que deberá conformars­e con un premio de bronce. Medalla que espera hoy si gana a Bélgica en la final de consolació­n.

 ?? EFE ?? Nicholls y Cruz tratan de frenar a Liz Cambage en una acción del partido
EFE Nicholls y Cruz tratan de frenar a Liz Cambage en una acción del partido

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain