Ulpiano, Maricarmen y «a cada uno lo suyo»
Mientras ABC espera (sentado) la prometida querella de Sánchez, ya está Carmen Calvo sacando la mordaza a quien no cante aleluyas a su «Gobierno de expertos»... en dimitir
«Se trata de dar a cada uno lo suyo, como decía Aristóteles», afirmó el pasado martes en el Senado la ministra de Educación y portavoz del Ejecutivo de Sánchez, Isabel Celaá (ya saben, «el Gobierno hace cosas»). En realidad quien lo dejó dicho no fue Aristóteles sino Ulpiano, que no era griego sino romano y que vivió seis siglos después que el coloso del Liceo. No dio ni una la ministra de Educación, aunque Ulpiano no es precisamente un don nadie en la Historia, más aún fue uno de los principales juristas de Roma, un rayo del pensamiento que asombraba al Senado cada vez que abría la boca, vamos igual que Celaá pero por otro motivo. Porque Ulpiano dejó escrito uno de los trípticos más famosos del Derecho Romano, consistente en «vivir honestamente, no dañar a nadie y dar a cada uno lo que es suyo».
Desvelando sin querer el pensamiento de Ulpiano, a Celaá quizá le traicionó el subconsciente porque en ese dar «a cada uno lo suyo» del ex «Gobierno bonito» (hoy ya casi un adefesio) estaba la portavoz anticipando que los medios de comunicación se van a llevar la peor parte después de escuchar a la vicepresidenta Carmen Calvo amenazar con restricciones a la libertad de expresión. Ya está Sánchez echando mano de la mordaza a utilizar con todo aquel que no lance aleluyas a su Ejecutivo, a ese presunto «Gobierno de expertos» (como le recibió la prensa afín) que por el momento sólo es experto en dimitir tras ser cazados sus integrantes en mentiras del diámetro de la misma rueda de molino con la que quieren que comulguen los ciudadanos.
Cómo cambia La Moncloa al personal de servicio en el poder. Hace menos de un año que Margarita Robles, por entonces portavoz de la oposición en las Cortes, salía enfadadísima a las puertas del Congreso afirmando: «El PSOE va a estar siempre en contra de cualquier medida que trate de limitar el derecho a la libertad de expresión y de comunicación». No hace tanto de aquello, ni fue Ulpiano quien lo dijo hace dieciocho siglos, ni siquiera Aristóteles hace veinticuatro, fue una de compañera de Calvo quien en noviembre pasado dijo que el PSOE por ahí no. Pues por ahí van los tiros ahora.
Hoy por hoy parece que Calvo tiene más fuerza que Robles si nos atenemos a los hechos (ya se la tuvo que envainar en lo de las bombas a Arabia Saudí) y a lo que cabe esperar. ABC, por ejemplo, espera sentado la demanda que le ha prometido Sánchez por el demostrado plagio de su tesis y su libro firmado por colleras con Ocaña, pero en el que puede que haya colaborado hasta Ulpiano, sin comillas y sin saberlo.
Maricarmen Calvo es experta en operaciones de extracción, lo mismo intenta sacar a Franco de Cuelgamuros, a la Iglesia de la Mezquita o a los españoles de quicio. Así se autodefinía hace unos años: «Yo transmito que soy muy yo, y que voy de yo por la vida. Soy una tía a la que no doblan [como Maleni]. Cuando deje de ser ministra seguiré siendo yo, que es mi verdadero cargo». «Mírala, igualita que Aristóteles», que diría Celaá.
ULPIANO Autor de la famosa frase: «Se trata de dar a cada uno lo suyo»