Cataluña abre brecha en el Gobierno de Sánchez
Batet replica a Borrell que el diálogo es la única vía para solucionar la crisis independentista
La división creada en las filas del Partido Socialista por la estrategia de Pedro Sánchez ante la crisis catalana ha terminado por llegar al propio gabinete del Gobierno. La brecha se ha abierto precisamente entre los dos ministros catalanes del Ejecutivo, Meritxell Batet y Josep Borrell. La titular de Política Territorial enmendó ayer la plana al responsable de Asuntos Exteriores al asegurar en la Cadena Ser que el único camino posible para superar la crisis catalana es el diálogo con el independentismo. «No hay alternativa», defendió, tan solo un día después de que Borrell admitiera en el Foro ABC que la vía de interlocución abierta por Sánchez está teniendo «poco éxito» en su objetivo de rebajar la tensión en Cataluña. Batet, además, ha rechazado cualquier aplicación del artículo 155 ahora argumentando que no resolvería el problema de fondo y apuntó a que la bajada de voltios sí se ha producido, pero en el seno de la sociedad catalana.
Sin discurso claro
La brecha entre las posiciones de ambos cobran relevancia al producirse tan solo un día después de que el presidente del Gobierno compareciera ante el Congreso para poner sobre la mesa sus planes y estrategia para Cataluña. Un discurso en el que Sánchez demostró contundencia de palabra contra el independentismo durante la primera mitad del debate, pero acabó tendiendo la mano al secesionismo a lo largo de la segunda mitad del Pleno.
La mayoría de la bancada socialista se encuentra más alineada con las posiciones de Borrell y las palabras pronunciadas por Sánchez no alcanzaron las expectativas de buena parte de los diputados. El malestar es patente y la crítica se centra en la falta de un discurso comprometido sin fisuras con la actuación del Estado en caso de violación de la ley en Cataluña. Incluyendo el uso del artículo 155 si es preciso. Máxime una vez comprobado el hundimiento del PSOE en las elecciones andaluzas y la capacidad de la derecha para sumar y desalojar del gobierno a la izquierda, ahora mismo desmovilizada. El sector próximo a Sánchez, en cambio, argumenta que el presidente puede plantear ninguna hoja de ruta porque el escenario político «cambia a cada semana» y expresa su convencimiento en que los sucesos que han tenido lugar en Cataluña no son suficientes para aplicar el artículo 155. En esta línea, acusan a los críticos y a la oposición de «sobreactuar». «También hubo cortes de carreteras con Rajoy, incluso cuando estaba en vigor el 155», justifican.
Disciplina, de momento
Esta misma semana la tensión entre ambas posiciones se hizo patente durante la reunión del grupo parlamentario ante la falta de análisis y explicaciones de la actual dirección sobre el fracaso en las elecciones andaluzas. El expresidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y la exportavoz parlamentaria, Soraya Rodríguez, pidieron la palabra para abordar un debate en el que advirtieron del desgaste que supone para el partido el pacto con los independentistas y de la necesidad de adoptar medidas para evitar que el resultado de Andalucía se replique en las elecciones del próximo mes de mayo.
No se trata ya de quién gana las elecciones en cada territorio sino de quién consigue gobernar estableciendo pactos con otros grupos. Y el patrón apuntado en Andalucía dibuja un panorama en el que es la derecha la que suma. No obstante, de momento, no se espe-
ra la ruptura de la disciplina de voto. Ni siquiera la próxima semana cuando Ciudadanos forzará la votación de una proposición no de ley en el Pleno para instar al Gobierno a dar el primer paso en la aplicación del artículo 155 en Cataluña.