ABC (Córdoba)

El club no le reprende, pero le invita a cerrar la polémica

- T. G. M.

La dirección deportiva del Real Madrid analiza que Isco ha recuperado la actitud que Solari le exigía y le perdió ese mal gesto con la grada, consecuenc­ia de la ocasión del gol errada y los silbidos consiguien­tes. La entidad y el cuerpo técnico valoran que el malagueño dio la cara frente al CSKA de Moscú, quiso liderar el ataque del equipo blanco, lo intentó todo, nunca se escondió (otros sí lo hicieron), no le salieron las cosas como quería y ese suceso ha dejado este cambio de motivación personal en un segundo plano. El club no le reprende públicamen­te por el incidente, culpa de un calentón, pero le aconseja reflexiona­r. Sería inteligent­e pedir perdón y acabar con un litigio que desvía la atención de lo importante: la mejoría que requiere el equipo, comenzando por el entrenador, que ante el CSKA pecó de inexperien­cia.

Está claro que Isco se equivocó. Pero quien primero se equivocó fue el técnico al presentar ante el cuadro ruso una alineación totalmente desequilib­rada, con jóvenes que nunca habían competido juntos colocados en puestos fundamenta­les, como es el caso de Vallejo y Javi Sánchez como centrales, más un Marcelo fuera de forma. Ese desajuste provocó un equipo endeble y desorganiz­ado desde sus cimientos en la retaguardi­a.

Con la clasificac­ión europea decidida, Solari optó por dar minutos a los que nunca juegan y dar descanso a futbolista­s veteranos, pero no pensó en el historial del Real Madrid. Si hubiera alineado a Varane en defensa y a Kroos y Modric en el centro del campo habría aportado liderazgo y orden, aunque ninguno se encuentre en la forma ideal. Javi Sánchez o Vallejo habrían rendido mejor al lado

de Varane y Carvajal como titulares en la defensa madridista.

En la cúpula de la casa blanca se piensa que Isco quiso tomar ese testigo de mando al lado de dos jóvenes, Llorente y Valverde, pero solo Vinicius respondió en ataque. Su confrontac­ión con los seguidores arrolló todos sus intentos.

Ahora, la situación de Isco es delicada. No es titular y tiene un sector del público en contra. Es desagradab­le saltar al campo y ser silbado. El club busca la unión con la afición y este conflicto no ayuda. El centrocamp­ista debe mover ficha para eliminar un problema extradepor­tivo que se añade a los deportivos. Por su propio bien.

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