Cáritas atiende en 2018 a 900 parados en riesgo de exclusión
▶ La entidad ha visto recortada en un 15% la subvención de la Junta por el IRPF
El mensaje de Cáritas, y más en las fechas navideñas, no ha cambiado en los últimos años: «La crisis no ha terminado». O al menos no ha terminado para las personas que acuden hasta los servicios generales de Cáritas Diocesana de Córdoba, en la calle Pérez de Castro, o en cada una de las 168 Cáritas parroquiales repartidas por todos los puntos de la diócesis.
La entidad asistencial de la Iglesia católica prepara ya la campaña de Navidad, en la que hará hincapié, como en resto del año, en ayudar a las personas desfavorecidas a recobrar la dignidad a través sobre todo de la vivienda y del trabajo.
Eso sí, lo tendrá que hacer con menos ayudas públicas. El director de Cáritas Diocesana de Córdoba, Salvador Ruiz Pino, explicó que la Junta de Andalucía ha reducido drásticamente, un 25 por ciento, el dinero que entrega a Cáritas regional procedente de lo que se consigna en la casilla de la declaración de la renta que se destina a otros fines de interés social, lo que se conoce como «X solidaria».
En el conjunto de Andalucía, se ha pasado de cinco millones a 3,7, aunque en el reparto Córdoba ha perdido un 15 por ciento, lo que se traduce en 72.000 euros. Lo que falta entre un año y otro se tendrá que suplir con el compromiso de los más de 1.700 voluntarios y de la generosidad de personas de todos los puntos de Córdoba, «sobre todo en esta época en que la solidaridad llama a la puerta».
Las personas desempleadas son uno de los puntos de atención más importantes que tiene Cáritas y en este año 2018 se atendido en toda la diócesis de Córdoba a más de 900 personas en esta situación. Como explicó Salvador Ruiz, una buena parte eran mayores de 45 años, «lo que hace pensar en que se tiende a desechar a los trabajadores que tienen más experiencia», y con más de dos años sin encontrar trabajo, así que habría agotado todas las prestaciones posibles.
Itinerarios
De los que llegaron, más de 200 participaron en lo que Cáritas llama itinerarios de inserción, en los que se les proporcionó formación a personas que carecían de ella y se les ayudó a buscar trabajo y a integrarse en el mercado laboral. En ocasiones incluso se les dio un puesto en alguna de las empresas que Cáritas mantiene para integrar a personas en riesgo de exclusión: la empresa Solemccor, que recoge pa- pel y cartón para su procesamiento, y el restaurante Taghba. Dos de sus trabajadores, ambos con hijos y que llegaron a Cáritas en busca de ayuda, mostraron ayer su agradecimiento y cómo el tener ese trabajo les ha ayudado a abrir nuevas perspectivas en su vida. Hablaron en su nombre, pero como ellos había 154 personas más que habían pasado por estas empresas, con lo que consiguieron una inserción laboral que después han podido continuar en otros lugares.
Cáritas ha «acompañado», que es el verbo clave, en este último año a más de veinte mil familias, a las que se les atiende en necesidades básicas: pago de alquiler y de suministros, alimentos, medicinas y artículos de farmacia y libros de texto para los niños cuando lo necesitan.
Para recaudar fondos está ya en el horizonte el concierto de Navidad que se celebrará el día 22 de diciembre en la Mezquita-Catedral, y que protagonizará de forma desinteresada el cantante José Manuel Soto. «La música tiene que tener un fin social y además cantar en un marco como la Mezquita-Catedral es un privilegio», aseguró el artista. El recital consta de un programa navideño en que le acompañará la coral polifónica de Valverde del Camino, pero también miembros de la escuela de la Fundación Alalá, que trabaja en el barrio sevillano de las 3.000 viviendas. Los que quieran acudir se tendrán que dar prisa: de las 1.550 entradas ya se han vendido el 80 por ciento.
José Manuel Soto ofrecerá el día 22 un concierto de Navidad benéfico en la Mezquita-Catedral Junto a desempleados, también acudieron mujeres sin ingresos y con cargas familiares