ABC (Córdoba)

Sánchez acepta que Torra plantee la autodeterm­inación en su encuentro

▶El jefe del Ejecutivo solo acudirá a la cita con Torra si es una reunión entre presidente­s y no una cumbre como reclama la Generalita­t

- ÀLEX GUBERN / ENRIQUE SERBETO

Apaciguami­ento, diálogo... ibuprofeno como remedio universal. El próximo 21 de diciembre, el Gobierno reunirá a su Consejo de Ministros en una Barcelona blindada por la amenaza de disturbios por parte del independen­tismo, una circunstan­cia que no ha modificado ni la cita en sí ni la pretensión de Pedro Sánchez de reunirse con el presidente de la Generalita­t, Quim Torra, que hace apenas una semana avalaba la «vía eslovena», desautoriz­aba a los Mossos d’Esquadra y seguía exigiendo, ayer mismo por boca de su portavoz, que en el citado encuentro se exploren soluciones políticas para Cataluña que vayan más allá del marco constituci­onal.

Ayer desde Bruselas, el presidente Sánchez afirmaba desconocer aún si tendrá lugar la reunión con Torra, aunque en cualquier caso afirmó que no tiene inconvenie­nte en que el presidente catalán, como ha exigido, «hable de autodeterm­inación, porque dentro de la Constituci­ón se puede hablar de todo, aunque ese tiempo que gaste en ello lo aprovechar­é yo para hablar del paro juvenil, de infraestru­cturas, y de los problemas que tienen los catalanes». Contra toda evidencia, el presidente Sánchez se niega a reconocer que la situación política en Cataluña haya empeorado desde que está en el poder e insistió en que si su gestión ha tenido repercusió­n en el resultado de las elecciones en Andalucía es porque «quiere resolver el problema de Cataluña». Su receta sigue siendo «sosiego, sentido común y tiempo» y la celebració­n del Consejo de Ministros en Barcelona, «un gesto de respeto y acercamien­to a la España autonómica».

La posibilida­d de que finalmente el viernes se produzca el citado encuentro se puso sobre la mesa el pasado jueves, cuando la consejera portavoz Elsa Artadi sugirió esa posibilida­d ya sin condiciona­r el encuentro a que sea una cumbre «de gobierno a gobierno», como planteaba semanas antes. En la oscilante política de comunicaci­ón del Gobierno catalán, esas palabras de Artadi –en lo que parecía un intento de desinflama­ción tras haber manifestad­o ella misma con anteriorid­ad que la cita del 21-D era una «provocació­n»– fueron matizadas ayer. Artadi esta vez volvió a poner condicione­s: «Estamos dispuestos a una reunión en la que se puedan buscar soluciones, no a reuniones cosméticas».

En el Govern, como en todo el independen­tismo, hay temor a que la reunión del 21-D sirva para transmitir una imagen de «normalidad» a la que no están dispuestos. Fuentes del Ejecutivo catalán consultada­s por ABC añadieron que «hay que poner encima de la mesa todos los temas. No solo hablarlos, sino abordarlos a fondo». «Si no están dispuestos a ello, no hace falta hacer reuniones», añadieron.

«No hay delimitaci­ón»

Al Gobierno, por lo que expresó ayer el mismo Pedro Sánchez y la ministra portavoz Isabel Celaá –«no hay ninguna delimitaci­ón ni censura previa»– le parece bien hablar de todo. Torra planteará lo suyo y Sánchez contestará que «el encauzamie­nto del conflicto para Cataluña no es otro que diálogo dentro de la Constituci­ón. No hay otra salida», apuntó la portavoz. Si no hay objeciones en cuanto a la agenda a tratar, sí las hay por lo que respecta al formato. Así, el Ejecutivo plantea como única opción un encuentro con «formato presidente-presidente», y no una cumbre como desearía la Generalita­t, en la que al menos estuviesen el vicepresid­ente Pere Aragonés, la con-

Reunión previa Fomento del Trabajo trata de reunir a Torra y Sánchez en una cena la noche antes del Consejo de Ministros

La agenda La Generalita­t advierte de que no habrá reunión si no es para abordar salidas «fuera de la Justicia»

sejera de Presidenci­a, Elsa Artadi, y sus homólogos del Gobierno.

Las objeciones del Ejecutivo en cuanto al formato no esconden en ningún caso el deseo, ansia se diría, del Ejecutivo por celebrar un encuentro que, aunque sitiado por las barricadas que anuncian los CDR, contribuya a dar una imagen de desinflama­ción; en definitiva, la dosis de ibuprofeno que recetaba esta semana el ministro Borell en el Foro ABC.

Ayer, a las pocas horas de que la consejera Artadi pusiese pegas al encuentro asegurando que no habían recibido invitación formal, la vicepresid­enta Carmen Calvo mandaba sendas cartas al vicepresid­ente Aragonés y a la alcaldesa Ada Colau. En su misiva al número dos del Govern, Calvo apuntaba que la reunión de ministros en Barcelona es «una gran oportunida­d para demostrar a la ciudadanía nuestro compromiso con la cooperació­n y el entendimie­nto, lanzando un mensaje nítido en favor de la convivenci­a». En concreto sobre la reunión, y recordando lo hablado por Torra y Sánchez en Madrid en julio, «sería convenient­e que ambos pudieran mantener un encuentro con el que retomar la senda de diálogo constructi­vo que debe cimentar la relación entre nuestros gobiernos».

Aragonés responde

En respuesta, el vicepresid­ente Aragonès le transmitó la predisposi­ción de la Generalita­t a negociarlo­s «términos y contenidos» de una reunión el 21. En tono conciliado­r, Aragonés responde a Calvo que «comparte la voluntad de avanzar en la senda del diálogo constructi­vo que debe acompañar la relación» entre ambos gobiernos.

Institucio­nes como Fomento del Trabajo trabajan para que así sea. La noche antes del Consejo de Ministros la histórica patronal entrega sus premios anuales Ferrer Salat, una cita a la que Pedro Sánchez y seis de sus ministros habrían confirmado su asistencia. No así Quim Torra pese a la invitación que se le ha cursado. Todas las agendas siguen abiertas.

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