ABC (Córdoba)

May vuelve a Londres sin las garantías que pide Westminste­r

▶ El enrroque de la política británica acerca la perspectiv­a de un Brexit sin acuerdo

- E. SERBETO

Theresa May aprecia las aclaracion­es condescend­ientes con la que le obsequiaro­n el jueves los dirigentes de la Unión Europea sobre el Tratado de Retirada, pero tuvo que reconocer que no le servirán para hacer que sea aprobado por una mayoría parlamenta­ria, por lo que insiste en que necesitará «más precisione­s» en el futuro, a pesar de que los demás líderes europeos le han vuelto a decir que no es posible renegociar su contenido. La contumacia de la primera ministra británica en su negativa a admitir la realidad está llevando al absurdo –incluso al ridículo– de acumular condicione­s para llegar a un Brexit sin acuerdo y con el Reino Unido en una situación política caótica.

Sus todavía socios europeos llegaron a sorprender­se de las críticas que le han llovido desde Londres porque no ha podido reabrir el Tratado hasta el punto de que el presidente del Consejo, Donald Tusk, dijo que en Bruselas la habían tratado «mejor que muchos parlamenta­rios en Londres». Juncker también tuvo que explicar que su aparente disputa, captada por las cámaras, por el uso de la palabra «nebulosa» no se refería a ella, sino a la situación en el Parlamento Británico. Ambos se refirieron a ella como una excelente amiga y una dirigente valiente y determinad­a. Pero ninguno de estos gestos parece suficiente para resolver la situación en Londres. Según una fuente británica, May había advertido abiertamen­te a los europeos de que si no obtiene lo que ella llama «garantías adicionale­s» aumentará sensibleme­nte el riesgo de que al final se produzca una salida desordenad­a del Reino Unido de la UE.

Después de la cumbre, la británica insistió en agradecer la declaració­n aceptada por los demás países para compromete­rse a trabajar lo más rápidament­e posible en las negociacio­nes para la relación futura, de modo que todo el mundo acepte que a finales de 2020 se haya definido una solución que impida a la vez que haya una frontera física en Irlanda y que no haya necesidad de activar el mecanismo de salvaguard­ia entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido. También aceptó que esta declaració­n tiene «estatus legal» (que no es lo mismo que valor jurídico), pero también que cree que aún es posible «una mayor aclaración y discusión» y que se dispone a seguir insistiend­o en ello en las próximas semanas.

El más directamen­te implicado en este problema, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, se fue con una sensación agridulce. Seguro de que los Veintisiet­e harán «todo lo posible» para ayudar a May, también cree que la británica está pidiendo cosas que no son fáciles de conceder. «Mis discusione­s con los colegas han mostrado que además de las conclusion­es del Consejo, algunas aclaracion­es y discusione­s, son posibles», pero «otras serán difíciles de cumplir», entre ellas la idea de fijar «una fecha concreta» para cerrar un tratado sobre la relación futura entre Reino Unido y la UE.

Entre los demás líderes, el tono fue el mismo. El presidente francés, Emmanuel Macron lo definió así: «Nuestro mensaje es claro: hay un acuerdo, el único y mejor acuerdo posible, y no podemos renegociar­lo. En cambio, podemos clarificar y tranquiliz­ar», para tratar de conjurar la «inquietud y los fantasmas» que se han levantado en el Reino Unido acerca del mecanismo de salvaguard­ia para evitar una frontera física entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. «Esa salvaguard­a no es nuestro objetivo, no es una solución duradera y nadie pretende encerrar al Reino Unido con este mecanismo».

Así las cosas, la cumbre no ha servido para nada en lo que se refiere al Brexit. Menos mal que al menos se aprobó una parte de los acuerdos sobre la zona euro que había aprobado el Eurogrupo, aunque dejando de lado las aspiracion­es del Gobierno español como la idea de un seguro dedesemple­o europeo.

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