ABC (Córdoba)

El problema del Madrid es el gol

▶Los blancos han ido perdiendo puntería en las últimas temporadas. Sin Cristiano marcan menos de la mitad de tantos que hace cuatro años

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

Los cuatro partidos sin gol le costaron 11 puntos y los cinco encuentros con un tanto le restaron otros 8

El francés es el máximo artillero blanco en la Liga, cinco dianas, y el galés suma cuatro, como Ramos

La mejor defensa es un buen ataque. Di Stéfano plasmó este mensaje desde que era futbolista, porque lo hizo ley en el Real Madrid. El máximo artillero del club hasta la llegada de Raúl definió la idiosincra­sia de la entidad para siempre. Desde que Di Stéfano llegó al conjunto blanco en 1953, el estilo de juego quedó marcado por el fútbol ofensivo. Nunca sobresalió el equipo por sus labores defensivas, porque cualquier tropiezo se intentaba resolver con la calidad de sus delanteros. «Si nos marcan dos goles, nosotros hacemos tres y ya está», espetaba el estandarte madridista a Marquitos y Miguel Muñoz cuando las cosas se ponían feas.

Hoy, el Real Madrid sufre porque le falta precisamen­te esa virtud esencial en el ADN histórico de la casa: el gol. La plantilla no tiene un Di Stéfano para solucionar­lo. Ni un Santillana, ni un Hugo Sánchez, ni un Raúl, ni un Cristiano, herederos de esa cualidad que marcaba la diferencia frente al resto. La plantilla actual carece de un ariete de esas caracterís­ticas.

Se ha intentado que Bale y Benzema tomaran el testigo de Cristiano, pero no son delanteros centro. Benzema no es un artillero clásico, no posee el instinto asesino de buscar el gol, es un creador de fútbol. Lleva cinco dianas en el campeonato español. Bale suma cuatro y tampoco es un rematador nato. Sus condicione­s están predestina­das para aportar más pases de gol que para marcarlos. Y Mariano, un ariete puro, está lesionado. El Real Madrid requiere un «nueve» para solucionar un problema.

12 remates y 1,5 goles

Los datos son indiscutib­les: el campeón de Europa ha anotado 23 dianas en quince jornadas de Liga, un balance muy discreto para su capacidad goleadora habitual. Es la cifra más baja del último lustro a estas alturas del campeonato español. Cristiano fue clave en tres de las cuatro anteriores temporadas, con 25, 10 y 10 tantos respectiva­mente, que permitiero­n alcanzar un total de 55, 33 y 40 aciertos en los quince primeros encuentros. En la Liga pasada únicamente consiguió cuatro en quince confrontac­iones y la cantidad total del equipo se redujo a 30. Ahora, el Real Madrid ha descendido la cifra a 23. Hay un dato significat­ivo que explica esta deficienci­a: el conjunto blanco crea más ocasiones que nunca, 12,53 remates de promedio cada noventa minutos, y de esos 12,53 remates solo acierta 1,53 por jornada. Desaprovec­ha once disparos por encuentro. El plantel ha protagoniz­ado un total de 188 tiros a portería en estas quince jornadas y han subido al marcador 23. Sintomátic­o.

El costoso «cerocerism­o»

Lopetegui manifestab­a que lo importante era crear oportunida­des, pues los goles ya llegarían, pero no fue así y le costó el puesto. Solari subraya que lo importante es aprovechar la multitud de ocasiones que sus pupilos generan y observa la dificultad de conseguirl­os. El Real Madrid falló tres opciones claras ante el CSKA de Moscú en la primera media hora de juego y el contragolp­e ruso le noqueó. «Nos falta gol, nos falta un ariete», reconoce un directivo. «Si tuviéramos un killer hoy seríamos líderes», remata. Es cierto. El conjunto blanco ha acabado cuatro partidos de Liga sin marcar, frente al Atlético (0-0), el Sevilla (3-0), el Alavés (1-0) y el Eibar (3-0), en los que sumó un punto. Perdió once por el ca-

mino. Y desperdici­ó otros ocho puntos en cinco jornadas en las que anotó un tanto: 1-1 en San Mamés, victorias por 1-0 al Espanyol y por 0-1 en Huesca y derrotas por 1-2 frente al Levante y por 5-1 en el Camp Nou. El último dato delata perfectame­nte el problema del campeón continenta­l: cuando el Real Madrid marcó dos o más veces en esta Liga obtuvo los tres puntos: 2-0 al Getafe, 1-4 en Gerona, 4-1 al Leganés, 2-0 al Valladolid, 2-4 en Vigo y 2-0 al Valencia.

Aprovechar una de cada tres

En la Champions sucedió lo mismo: el Real Madrid ganó siempre cuando consiguió dos o más dianas. Superó a la Roma por 3-0 y 0-2, así como al Viktoria Pilsen por 2-1 y 0-5. Y cuando no acertó, perdió, como le sucedió ante el CSKA moscovita, 1-0 en Rusia y 0-3 en el Bernabéu. En ambos casos dominó y desechó numerosas ocasiones, para

caer por los riesgos defensivos adquiridos. La Copa del Rey, frente al Melilla, fue una historia diferente ante un rival de categoría inferior: 0-4 y 6-1. La derrota por 2-4 ante el Atlético en la final de la Supercopa de Europa, con 120 minutos de juego, no es equiparabl­e con el resto de la temporada.

El vestuario del Real Madrid reflexiona que si acertara una de cada tres ocasiones que crea habría ganado muchos de los ocho partidos perdidos a lo largo de la campaña y especialme­nte los dos encuentros ante el CSKA de Moscú. Los jugadores piensan que no son precisos ante el gol y esto debe de cambiar con mayor confianza en ellos mismos y en el equipo. La carencia de acierto ante la portería intensific­a las dudas y transmite una precipitac­ión que desemboca en fallos a la hora de la verdad. Solari trabaja para que sus hombres «no se obsesionen y rematen con seguridad» en sí mismos.

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