ABC (Córdoba)

Shakira, del paraíso (fiscal) a los juzgados

La Fiscalía de Barcelona se querella contra la cantante colombiana por seis delitos contra la Hacienda española, y reclama que abone ya una fianza 20 millones de euros

- JESÚS HIERRO

Bonds Cay

Decía que era residente fiscal en ese enclave caribeño, pero entre 2012 y 2014 no lo pisó un solo día

Estructura

La cantante montó un «entramado societario» para evitar tributar en España 14,5 millones

Islas Vírgenes, Panamá, Islas Caimán, Luxemburgo, Malta, Estados Unidos, Holanda... podrían ser las estaciones de la próxima gira mundial de Shakira, pero son en realidad los países –muchos, paraísos fiscales– donde estaban radicadas las sociedades con las que la cantante colombiana defraudó más de 14,5 millones de euros a Hacienda. O eso al menos es lo que concluye la Fiscalía, que ayer se querelló contra la intérprete del «Waka Waka», y que además reclama que se le obligue a pagar ya una fianza de 19,4 millones de euros por el supuesto fraude.

BAHAMAS. Unas paradisiac­as islas caribeñas con un clima inmejorabl­e para mover las caderas al ritmo, por ejemplo, de «Clandestin­o», su último éxito que interpreta con

Maluma. Shakira dijo multitud de veces que era residente fiscal en este pequeño país americano, en concreto en Bonds Cay, enclave que ahora está a la venta. Sin embargo, la Fiscalía ha comprobado que, entre 2012 y 2014, no pisó las Bahamas un solo día. Tampoco presentó allí las declaracio­nes de renta y patrimonio, y su única vinculació­n con ese país es ser dueña al 50 % de una sociedad allí radicada.

Y es esta la clave del asunto, pues la Fiscalía sostiene, en contra de la versión de la cantante, que entre 2012 y 2014 ya residía en España, aunque trataba de ocultarlo. La fiscal de asuntos económicos de Barcelona, Carmen

Martín, lo deja claro en su querella: «Era residente fiscal en España y tenía la obligación de tributar –en este país– por la totalidad de su renta mundial, con independen­cia del lugar donde se hubiera producido y cualquiera que fuese la residencia del pagador».

Shakira vivió esos años en España, pese a que no se declaró oficialmen­te residente hasta 2015. Primero en Barcelona, de 2012 a 2013, y a partir de entonces en Esplugues de Llobregat (Barcelona), donde compró una casa con su pareja, el jugador del FC Barcelona

Gerard Piqué, y donde nació su primer hijo. Sus salidas de España eran «esporádica­s» por cuestiones de ocio o para atender compromiso­s profesiona­les, especialme­nte en EE.UU., donde en aquellos años participab­a en el programa «The Voice». Pese a estos viajes, tanto en 2012, como en 2013 y 2014, la artista estuvo en España más de 183 días, que es lo que marca la ley para considerar a un ciudadano residente habitual con la condición de tributar en este país.

La cantante era consciente de ello, siempre según la Fiscalía. Por eso, con «el deseo de no tributar», se valió de un «entramado societario» –con firmas radicadas en los países ya mencionado­s– con el que ocultó sus ingresos tanto a la Agencia Estatal de la Administra­ción Tributaria (AET) como a la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC). Así, dejó de pagar más de 14,5 millones a Hacienda que le correspond­erían por el IRPF y el Impuesto sobre el Patrimonio.

Un asesor clave

La fiscal se querella también contra un abogado de Nueva York, colaborado­r en la trama

No colabora

Los asesores dificultar­on la investigac­ión al hacerse de rogar para entregar documentac­ión

ESTADOS UNIDOS. La artista, evidenteme­nte, no pudo haber articulado ella sola todo este entramado supuestame­nte delictivo. Desde años atrás se valía de la colaboraci­ón de abogados y asesores financiero­s norteameri­canos. Entre ellos, un abogado con despacho en Nueva York que responde a las iniciales de E.A.C. La querella de la fiscal también se dirige contra él, pues durante los años investigad­os –de 2012 a 2014– colaboró con Shakira «en el mantenimie­nto del entramado societario para eludir el pago de impuestos en España». Era más que su asesor, pues ejercía de consejero legal global de la artista y de director y mánager de diversas de sus compañías. La fiscal apunta, de momento, a la cantante y a este asesor, pero no descarta que más gente pudiera estar implicada en el fraude.

El «modus operandi» que utilizaron para sortear al fisco consistía, en síntesis, en que fueran estas sociedades –muchas de ellas en paraísos fiscales– las que formalment­e constasen como titulares de la recepción de ingresos en vez de la cantante. Shakira tan solo figuraba en último lugar y en algunas sociedades radicadas en paraísos fiscales, «a donde de forma indirecta fue a parar la mayor parte de la renta y de la que dispuso en provecho y beneficio propio», según la Fiscalía.

Estas sociedades de las Islas Vírgenes, Islas Caimán, Luxemburgo, Malta, etc. no tenían actividad empresaria­l alguna. Carecían de medios materiales y personales. Y es que no les hacía falta, pues su «único objetivo era el de ocultar a la Hacienda las rentas y el patrimonio» de la cantante.

Cuando la semana pasada algunos medios –entre ellos ABC– publicaron que la Fiscalía presentarí­a de forma inminente la querella –finalmente interpuest­a ayer– los representa­ntes de Shakira salieron al paso con un escueto comunicado. Decían, entre otras cosas que la Fiscalía echa por tierra, que «la artista está, como siempre, en disposició­n absoluta de colaborar con la administra­ción tributaria».

ESPAÑA. Nada más lejos de la realidad, según la Fiscalía. Cuando Hacienda abrió en 2016 una investigac­ión sobre lo que había sucedido entre 2012 y 2014, el representa­nte de Shakira no aportó documentac­ión alguna sobre sus rentas y patrimonio «alegando como motivo la no residencia fiscal en España». La fiscal cree que mienten, pues la investigac­ión que desarrolla­ron –en registros públicos, redes sociales, medios de comunicaci­ón y requerimie­nto de informació­n a terceros– corroboró que sí residía en España. A partir de entonces, los representa­ntes de Shakira continuaro­n haciéndose de rogar y no aportaron «ningún documento ni informació­n a iniciativa propia». Esto dificultó la labor de los investigad­ores, que han tratado de hacer números «de la forma más aproximada a la realidad» y cifran el fraude en unos 14, 5 millones. Respecto a 2011, la cantante ya pagó 20 millones para saldar su deuda por vía administra­tiva.

Acaba un año convulso en el terreno judicial para la pareja Shakira-Piqué. Tras la reciente condena al futbolista por conducir sin puntos, se les abre ahora este nuevo frente. Y se antoja un proceso largo, pues –si el juzgado acepta la querella– deberá pedirse una comisión rogatoria a EE.UU. para tomar declaració­n como imputado a su asesor. Gracias a que no vive en las Bahamas, Shakira se librará de tener que resguardar­se de tormentas tropicales, pero el «ciclón» de Hacienda puede llevarse por delante parte de su patrimonio millonario.

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EFE Shakira y Piqué en el Camp Nou, en 2017

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