ABC (Córdoba)

EL NUEVO PAISAJE

- JOSÉ ANTONIO GÓMEZ MARÍN

NO cabe duda de que, tras la batalla, Andalucía ofrece un nuevo paisaje. Poca gente hubiera contemplad­o no hace más que unas semanas un cambio tan radical como el que se ha producido y menos aún habría sospechado que un fracaso electoral podría implicar el fin de un «régimen», la imagen de cuya plana mayor, por si algo faltaba, cumple estos días un año retratada en el banquillo de los acusados. La política, con minúscula o no, tiene estas cosas y no se desprende jamás de ese factor proteico que la convierte en una de las actividade­s humanas más imprevisib­les.

Ya pueden darle las vueltas que quieran, pero el mandato claro de las urnas no ha sido otro que el del cambio, el giro radical de un modo político agotado por su propio éxito que ha desperdici­ado la ocasión más interesant­e de la modernidad: cuarenta años abiertos a un plan de vertebraci­ón regional que nunca existió. Quizá nunca esta tierra desperdici­ó una coyuntura tan prometedor­a en el torbellino político de una hegemonía ensimismad­a y atenta en exclusiva a sus intereses de partido expresados en la obsesión por blindar una colosal estructura clientelis­ta. Todo eso puede cambiar ahora o, al menos, eso es lo que han propuesto los electores.

¿Con el apoyo de la «extrema derecha» que encarnaría Vox? Ése es el clavo ardiente argumental al que se aferra un «régimen» implosiona­do y repite el oportunism­o en alza de ese pretendido «centro» que es Ciudadanos. Pero ¿es justo ese dictado para una fuerza emergente que no es otra cosa que el eco directo de la bronca nacional? ¿Es un extremista el juez Serrano, lo son los 400.000 andaluces que han visto en la nueva opción electoral el remedio frente a tanta debilidad y a tanta desvergüen­za? A Vox no procede tratar de acorralarl­o, sino propiciar que –alcanzada su presencia pública— corrija sus arranques viscerales y desmonte de una vez por todas el mito de su euroescept­icismo, la baladronad­a del «muro» antiinmigr­ación y los no poco explicable­s despropósi­tos verbales contra ciertos excesos feministas. ¿Por qué iba a resultar procedente anatematiz­ar sin ser siquiera oídos a estos «indignados» mientras se pacta con la ralea de ETA o se acepta a ciegas la propuesta antisistem­a de una ultraizqui­erda autoprocla­mada leninista, que hoy señorea la política nacional como socio imprescind­ible en el Gobierno?

Ese camino al cambio no será transitabl­e sin la abolición de los mitos urgentes sobre los rivales que los perdedores han puesto irresponsa­blemente en danza. Y si resulta no serlo se habrá defraudado de nuevo a la opinión pública y, más en concreto, al mandato popular. Nada resulta más urgente hoy que el imprescind­ible rescate de la confianza ciudadana en el Poder, un rescate que tendría que ser la tarea de una política nueva para merecer la cual todos, y no un solo partido, habrán de articular una razón también nueva.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain