El soberanismo echa el freno y llama ahora a un 21-D «pacífico»
▶ El movimiento asume que si los Mossos se ven superados se allana el camino al 155
Viendo cómo la bola de nieve rueda pendiente abajo, el independentismo se ha dado cuenta de que alentar la insurreción, coquetear con los CDR, en definitiva, propiciar un escenario de disturbios y violencia puede suponer el golpe más certero contra el «procés». Como un péndulo, el independentismo, particularmente el presidente Quim Torra, ha pasado de calificar de «provocación» el Consejo de Ministros del día 21, aludir a la vía eslovena y cuestionar a los Mossos d’Esquadra a realizar un llamamiento casi a la desesperada para que el próximo viernes las protestas transcurran de manera pacífica.
Un movimiento que presume de no haber roto un cristal en un lustro de grandes movilizaciones ve cómo en los estertores del proceso los grupos más radicalizados, frustrados por una república que nunca fue, están cobrando protagonismo.
Fruto de las expectativas generadas en cuanto a la respuesta ciudadana contraria a la celebración del consejo, en el seno del soberanismo se asume que lo que ocurra el día 21 puede allanar el camino a la intervención de la autonomía. Si la Generalitat, a través de los Mossos, se ve incapaz de garantizar la seguridad el próximo viernes, forzando la intervención de la Policía Nacional y la Guardia Civil, se da casi por descontado que su actuación no será puntual.
Ayer mismo, el vicepresidente del Govern y adjunto a la presidencia de ERC, Pere Aragonès, llamaba a «no caer en provocaciones» y a «combatir el relato falso de la violencia», exigiendo al independentismo actuar «como siempre: con determinación, civismo y los valores del pacifismo y la democracia». Ante el Consejo Nacional de su partido –que acordó colocar a la esposa del encarcelado Raül Romeva como número dos en la lista de las europeas que comparten con Bildu y BNG–, Aragonès reclamó rebatir a «quienes quieren imponer un relato de falsa violencia».
Se asume que el momento es grave. Llegan «días y semanas preocupantes y decisivos», apuntó Aragonés, que «pondrán a prueba» al movimiento independentista. «Nos quieren enfadados, tristes y rabiosos: debemos contestarles con la mayor determinación», añadió un Aragonés que el día anterior contestaba en tono conciliador a la vicepresidenta Calvo mostrando su predisposición a que Pedro Sánchez y Quim Torra lleguen a verse. De fondo, la percepción de que la imagen de ruptura institucional que supondría que ambos no llegases a reunirse contribuiría aún más a encender la calle.
En la misma línea, también desde ERC, el más estrecho colaborador de Oriol Junqueras, Sergi Sol, pedía directamente al movimiento independentista evitar el 21D choques entre «estelades y Mossos d’Esquadra», para no acabar haciendo «el papel de tontos útiles de la maquinaria propagandística del Estado», apuntó a Efe.
«Policía española»
En sentido contrario, y aunque en los últimos días había rebajado el tono de sus intervenciones, la consejera de Presidencia y portavoz del Govern, Elsa Artadi, señalaba ayer que los Mossos d’Esquadra pueden garantizar la seguridad de la reunión del Ejecutivo el día 21 y que «volver a hacer un despliegue de policía española un año después no es el camino para ir a rebajar la tensión». Por contra, y sin aludir a la Policía Nacional, y después de que incluso desde la Generalitat se cuestionase a los Mossos, el exconsejero de Interior de la Generalitat, Joaquim Forn, encarcelado en Lledoners, pedía apoyo político «explícito» a la policía autonómica y «facilitarles el trabajo».
Con más o menos matices, la certeza de que el independentismo firmaría su sentencia si se decanta, o contemporiza, por la violencia llega también desde la prisión. Aludiendo al juicio en el Tribunal Supremo, pero en un mensaje extrapolable a la cumbre del día 21, los líderes independentistas en prisión preventiva alertaron del riesgo de salidas no pacíficas debido a la «impotencia» por el momento. «De la misma manera que podemos entender la necesidad de desbravar la impotencia también tenemos que decir claramente que esto, lejos de favorecer nuestra causa, la perjudicaría, igual que también perjudicaría los objetivos políticos del país que queremos», señalaron en una carta conjunta publicada en Vilaweb.
Los políticos presos alertan de que «desbravarse por impotencia» perjudica a la causa secesionista