ABC (Córdoba)

Otro ejercicio de impotencia en Reus

El Córdoba es incapaz de superar (1-1) a un equipo al límite de la retirada Aythami adelantó al conjunto blanquiver­de y empató Linares

- JAVIER GÓMEZ

NI al Lugo, ni al Elche (ni al Getafe en Copa), ni al Zaragoza ni al Reus al borde de la retirada y la desaparici­ón. ¿A quién le va a ganar el Córdoba CF? Es la pregunta que nubla la mente de los cordobesis­tas. El conjunto de Curro Torres sumó un pírrico empate (1-1) ante un equipo al borde de la quiebra. Firmó otro ejercicio de impotencia. Lo cierto es que el equipo no da pie con bola. En 18 partidos, dos victorias.

Adelantó Aythami Artiles al Córdoba en una acción de estrategia, pero no le duró ni diez minutos la alegría al cordobesis­mo. El Reus empató en otro flagrante error de la defensa blanquiver­de. Los problemas atrás tampoco han encontrado respuesta con el nuevo entrenador. En Zaragoza, el equipo apenas sufrió, pero ayer concedió demasiadas ocasiones. Por eso, el bloque catalán fue el que estuvo más cerca de la victoria.

Eso sí, no se puede obviar como clave un grave error arbitral que pudo ser decisivo. Jovanovic fue objeto de un claro penalti por agarrón de Olmo cuando se disponía a anotar el 1-2 a la hora de juego, en una acción que acabó con un remate alto y con las manos a la cabeza por la decisión de Varón Aceitón.

Apostó Torres por mantener el once de Zaragoza. También repitió los cambios. Esta vez no funcionó. Básicament­e por que cambió la idea de juego, el planteamie­nto, con las mismas piezas. El Córdoba ordenado y más conservado­r de La Romareda se transformó otra vez en un equipo ramplón con una posesión ficticia (68% al final del duelo) para acabar sufriendo bastante más que generando peligro.

Ni frío ni calor. Así dejó el Córdoba al personal después de la primera mitad. Con algunos síntomas de timidísima evolución y con evidentes signos de errores que continúan. Como era de esperar, el Reus salió con más entusiasmo. Con el orgullo de demostrar que la profesiona­lidad de la plantilla está por encima de la delicada situación institucio­nal. De hecho, el club dio un golpe de efecto con el abono de parte de las nóminas pendientes a los jugadores (tres) solo cuatro horas antes del encuentro. Ese empuje local llevó al Córdoba a pasar el primer cuarto de hora metido en su campo y con escaso margen para la exploració­n ofensiva. Sin embargo, la portería del Córdoba solo sufrió realmente en un mal control de Carlos Abad que solventó el portero con apuros (min. 13).

Los de Curro Torres intentaron partir del orden para buscar la velocidad de Jaime Romero y Sebas Moyano en ataque. No salió ninguna acción con ese perfil. Sin embargo, el equipo se adelantó en uno de los aspectos que ha mejorado, al menos en el rendimient­o, con el nuevo técnico: la estrategia ofensiva. El Córdoba se adelantó con un gol en un saque de esquina. Una forma muy noble de arañar puntos. La colgó Sebas Moyano y la voleó sin dejarla caer Aythami (0-1, min. 19). Un golazo para adelantars­e por primera vez como visitante.

Eso dio tranquilid­ad al Córdoba. El equipo intentó, entonces, mantener más balón. Incluso, trató de buscar la profundida­d de Javi Galán. El equipo consiguió contener el ímpetu inicial del Reus. Lo que no detiene ni Curro Torres ni nadie es la flagrante debilidad defensiva. Bastó un pelotazo en largo de Olmo desde la línea defensiva reurense para hacer un socavón por medio de los centrales blanquiver­des. Perdió la marca Quintanill­a de Linares y Aythami ya no llegó en velocidad. El punta ex del Oviedo, que llevaba dos meses sin marcar, hizo un control virtuoso con el exterior para empatar con un tiro cruzado imparable para Abad (1-1, min. 29).

En el último cuarto de hora del primer acto, el Córdoba acusó el golpe. Se envalenton­ó demasiado con el balón (70 por ciento de posesión por 30 por ciento del rival), pero no le sirvió para encontrar la portería de Badía. Plano en ataque, salvo los destellos y el corazón de Sebas Moyano. Tampoco Abad sufría por la incapacida­d ofensiva del Reus, el equipo menos goleador de la categoría (11 goles).

En la segunda mitad más hielo que fuego. El Reus fue mejor. Y eso que el Córdoba quiso dar un paso adelante de inicio. Por eso, Jovanovic, ya en el campo por Araujo, fue derribado con un agarrón en un claro penalti (min. 62). No fue señalado.

A partir de ahí, el Reus fue más y mejor. Se creció. Aprovechó los espacios para hacer mucho año. La tuvo Querol en un mano a mano que sacó Abad con la punta del pie (min. 67). También Linares con un tiro lejanísimo tras una salida precipitad­a del meta cordobesis­ta (min. 69).

Torres calcó los cambios con la entrada de Piovaccari y Andrés. No le sirvió acumular tres hombres arriba. Todo lo contrario. Por eso, Catena (min. 87), de cabeza, estuvo muy cerca del 2-1 (min. 87). El Córdoba salvó un punto ante un rival con una crisis económica que lo lleva al abismo. Gana cierto orden, pero sangra goles y puntos.

Jovanovic fue objeto de un claro penalti por agarrón de Olmo en el área reurense, pero el árbitro no señaló la pena máxima a la hora de juego

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