ABC (Córdoba)

Miguel Ángel Lotina «En Japón te aplauden los rivales»

▶ El técnico cambia los métodos de trabajo del fútbol en un país que no entiende descansar

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

Vive uno de los mejores momentos de su vida en el otoño de su carrera profesiona­l. A los 61 años, Miguel Ángel Lotina brilla en el fútbol japonés. En un país que «solo comprende trabajar a destajo mañana, día y noche». Los métodos técnicos del vizcaíno rompen con el molde nipón y provocan una revolución en aquel balompié. Ha dirigido dos años al Tokyo Verdi, que se quedó «a las puertas del ascenso a la Primera División japonesa», y ahora ha fichado por el Cerezo Osaka de la división de honor, que ha valorado la bondad de sus ideas. ABC ha mantenido una larga conversaci­ón telefónica con el entrenador español, a la hora de la siesta, descanso que un japonés nunca se permitiría. «No lo entendería­n».

«Japón es otro concepto del mundo también en el fútbol», subraya Lotina. «Es un país espectacul­ar, donde la educación y el respeto priman sobre todas las cosas en todos los ámbitos. Y en el fútbol todo es distinto. Aquí te aplauden las aficiones rivales y te felicitan los equipos rivales después de cada partido. Y las aficiones se aplauden entre ellas. No existe el sentido de rivalidad que hay en Europa. Debemos aprender muchas cosas de ellos».

El vizcaíno de Meñaca lloró en el adiós al Tokyo Verdi: «Me brindaron una emotiva despedida. Los jugadores me rindieron respeto en el vestuario en grupo y después uno por uno se volvió a despedir individual­mente de mí con el cariño que recibes en esta tierra. No puedes contener la emoción, los japoneses son un pueblo muy especial, se hacen querer».

Pescado que caduca al día

El Cerezo Osaka, campeón de Liga hace unos años, le contrata por sus conceptos del fútbol. «En el Tokyo Verdi han trabajado conmigo Iván Palanco, un gran técnico con el perfil del fútbol moderno, y Toni Gil como preparador físico», advierte el vasco. «Entrenábam­os a puerta cerrada, pero muchos profesiona­les japoneses pedían permiso al club para presenciar nuestros métodos y les dejábamos vernos. Hemos roto moldes, aunque es costoso cambiar su forma de ver las cosas. Creen que deben ejercitars­e a todas horas y no admiten que el cuerpo necesita descansar para volver a rendir».

Hay un punto de partida en esta revolución: «En Japón no entienden que el futbolista debe descansar, ni a lo lar- go del día y mucho menos en las vacaciones. Les concedía treinta días y me pedían irse a un equipo a España durante un mes. Nos hemos peleado con ello. Un día normal entrenábam­os desde las diez a las doce de la mañana, pero después los jugadores se quedaban dos horas más. No podía ser. Lo hacían incluso el día previo al partido. Les dije que necesitaba­n descansar para estar frescos. Ellos decían que con masajes estaban nuevos. Al final les permití añadir un cuarto de hora».

La vida de Lotina en Japón es otra experienci­a inolvidabl­e: «Te levantas pasadas las seis de la mañana, desayunas y te vas al entrenamie­nto a las ocho. Se come a las doce y se cena a las seis y media, porque el japonés no se acuesta hasta dos horas después de la cena para hacer la digestión. A las diez y media

Una revolución difícil «Tuve que impedir que los jugadores se ejercitara­n dos horas más, tras entrenar conmigo durante dos; les he inculcado que recuperars­e del esfuerzo es necesario»

Un concepto de vida

«La educación es enorme. Lloré en mi despedida del Tokyo Verdi. Cada jugador me rindió respeto personalme­nte. Es muy emocionant­e»

de la noche yo estaba en la cama. Se come mucho pescado y es de alta calidad. Un aspecto impresiona­nte es que hay pescado y comida en general que tiene un día de caducidad, lo que significa que debes comprar lo que te vas a comer ese día y que la seguridad alimentari­a es muy grande».

Las relaciones sociales también son un punto culminante de la educación reinante: «Cuando quedas a tomar un café, te llevan un regalo, por ejemplo un pastel o un dulce. Hay una enorme tradición de repostería en Japón, pero la pastelería tiene bastante menos azúcar que la europea. Todos son muy delgados por una dieta tan sana».

El 10 de enero comenzará a dirigir al Cerezo Osaka: «El mejor jugador del equipo es Kiyotake, que jugó en el Sevilla. En el Tokyo Verdi los mejores eran Shion, Kota y Kacna, pero van a ser traspasado­s ahora». Lotina espera triunfar en su nuevo reto: «En el Tokyo Verdi jugué un 3-4-3, porque era el sistema que mejor se adaptaba a los jugadores. En el Cerezo Osaka aplicaré las ideas por las que nos han reconocido como diferentes».

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ABC Lotina, a los mandos del Tokyo Verdi. Ahora entrenará al Cerezo Osaka
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