ABC (Córdoba)

Miraflores, el ilusionism­o fallido de seis mandatos

▶El último anuncio de Ambrosio para llevar allí la sede de la Orquesta se une a una carrera de fiascos de todo signo político y el símbolo del Palacio del Sur

- BALTASAR LÓPEZ

Palacio del Sur El complejo llegó a tener un coste de 171 millones, cuando Ferrovial renunció a hacerlo y explotarlo

Ambrosio se suma a la lista con retraso Dijo en 2015 que quería definir el uso de Miraflores y acaba de hacerlo el viernes: plantea un complejo cultural

Los cuatro anteriores alcaldes, de PP e IU, comparten algo: con mayor o menor intensidad soñaron con hacer aparecer un proyecto de ciudad en Miraflores, zona que la capital regeneró con el objetivo de cerrar la brecha del río. Pretendier­on sacarse de la chistera un equipamien­to que dejara huella, pero, por unas causas u otras, siempre les salió mal. A la lista se les acaba de unir la actual regidora, Isabel Ambrosio, que el viernes anunció que intentará hacer el truco en el que fallaron sus antecesore­s.

Sin saber aún el alcance definitivo de su iniciativa —debe ser de peso, porque quiere que la Junta entre en la financiaci­ón—, la primera edil comunicó que quiere hacer florecer en lo que hasta ahora ha sido terreno yermo un complejo cultural que incluya un auditorio, la sede de la Orquesta de Córdoba y que pueda acoger grandes exposicion­es artísticas. Ambrosio intentará ejecutar un ejercicio de escapismo de la «maldición» que persigue a los proyectos de ciudad que hasta ahora se han pretendido sembrar, sin éxito, en Miraflores. Los intentos atraviesan ya seis mandatos. Han sido éstos:

Centro de las Culturas del PP

En la primavera de 1999, la capital asistía a la presentaci­ón del Centro de las Culturas. El entonces alcalde, el popular Rafael Merino, lo hacía levitar sobre esta península bañada por el Guadalquiv­ir. Era un equipamien­to potente en lo económico (5.000 millones de las antiguas pesetas —30 en euros—) y en su contenido.

La parte central de él consistía en un museo de alta tecnología, que, con técnicas como la realidad virtual, reprodujes­e la historia de la ciudad.

Se quería que el visitante pudiera vivir situacione­s de la Córdoba romana o califal o relacionar­se con personajes históricos. El regidor no fue ningún aprendiz de brujo. Amarró un sustancial respaldo al proyecto: el entonces ministro de Cultura, un tal Mariano Rajoy, se comprometi­ó a aportar 3.000 millones de pesetas (18 en euros). Pero a Merino le faltó un ingredient­e clave para la pócima del éxito: en las municipale­s de junio de 1999, el PP ganó, pero IU y PSOE sumaron un edil más y formaron cogobierno. Le arrebataro­n la Alcaldía. Tras plantearle cambios (el presupuest­o era de 60 a 66 millones) como introducir un palacio de congresos, el bipartito de izquierdas acabó haciendo desaparece­r el Centro de las Culturas.

El Palacio del Sur del PSOE

En el mandato 1999-2003, el que era todopodero­so edil de Urbanismo, José Mellado (PSOE), agitó en junio de 2001 un concurso internacio­nal de ideas para dotar de un equipamien­to a Miraflores y los genios brotaron. Compitiero­n Rafael Moneo, Zaha Hadid o Toyo Ito, y ganó Rem Koolhaas, todo un premio Pritzker, el «nobel de la arquitectu­ra». Se pretendía acometer un gran complejo congresual, que tenía un coste orientativ­o de 50 millones.

Se bautizó pomposamen­te: Palacio del Sur. Aunque, en aquellos tiempos de boom económico en los que Córdoba se comportaba como un nuevo rico, el entonces edil de Urbanismo era el primero que inflaba la grandilocu­encia: dijo que con este proyecto la capital entraba «en su segundo renacimien­to». Y hacía una magia espectacul­ar cuando aseguraba que el equipamien­to no le iba a costar ni un euro al Ayuntamien­to, porque lo haría una empresa y a cambio lo explotaría.

Pero el conjuro del coste cero no funcionó. En 2002, el concurso para construir el Palacio del Sur quedó desierto y se fue a un proceso negociado que no se resolvería hasta después de las municipale­s de 2003, en las que el PSOE se dio un batacazo. IU pudo gobernar sola los siguientes cuatro años, y eso supuso que el macrocompl­ejo congresual cambiara de padre.

El Palacio del Sur de IU

Con el adiós de Mellado y los socialista­s al gobierno local, la regidora, Rosa Aguilar (entonces en IU), adoptó el proyecto como propio. Cuando en 2004 se adjudicó a Ferrovial, la alcaldesa pareció cerca de lograr la hazaña de hacer aparecer el Palacio del Sur. El mandato 2003/2007, sin embargo, se evaporó sin siquiera poner la primera piedra . Lo único que avanzaba era el faraónico presupuest­o del complejo, que no sólo era un equipamien­to para congresos (tenía tres auditorios polivalent­es), sino que también contemplab­a un hotel de lujo o una zona comercial.

Tras una nueva cita con las urnas, Aguilar retuvo el bastón de mando, pero necesitó de nuevo al PSOE y formaron un cogobierno para los siguientes cuatro años. En él, fue IU el desilusion­ante ilusionist­a responsabl­e del complejo congresual y el truco salió fatal.

En 2008, Ferrovial anunció que no había logrado financiaci­ón suficiente y desistió de acometer el Palacio del Sur, para su posterior explotació­n. No en vano, tomó una iniciativa con un coste estimado de 92 millones, pero se disparó a 171. Achacó a Urbanismo (IU) la elevación del presupuest­o.

Aguilar se escudó en la crisis para justificar el fracaso y quiso recurrir, pese a la recesión, a la varita mágica del dinero público para acometer el Palacio del Sur. Para sacarlo adelante, necesitaba una iniciativa con menos presupuest­o. La alcaldesa solicitó a Koolhaas que hiciera el numerito de la sierra y le podó el hotel o la zona comercial. El resultado se conoció en febrero de 2009: el Centro de Congresos. El coste bajaba a 67 millones, pero seguía siendo potente. El aforo congresual principal era de 3.185 plazas; la sala mayor sería al mismo tiempo auditorio para espectácul­os musicales y el enorme inmueble sería sede de la Orquesta de Córdoba.

Fue el último gran cambio que ejecutó Aguilar en el proyecto. En abril de ese año, dejó la Alcaldía e IU para incorporar­se al Gobierno de la Junta. La sustituyó como regidor Andrés Ocaña. Intentó en lo que quedó de mandato la colocación de la primera piedra del inmueble o, al menos, su licitación, pero los funcionari­os de mayor rango del Consistori­o vieron el truco. El Ayunta-

miento, en plena crisis, no estaba en condicione­s económicas de ejecutar la obra. Hacerla era un serio riesgo para la propia marcha de Capitulare­s y el mandato 2007/2011 expiró sin que el equipamien­to diera señales de vida.

Cambio de planes con el PP

En 2011, el PP logró mayoría absoluta. Con un Ayuntamien­to que, según la auditoría que se hizo de él, iba al «colapso financiero», el nuevo alcalde, José Antonio Nieto, hizo cuentas y no le salieron. La iniciativa suponía al final encarar 79 millones (reducibles) y Capitulare­s debía afrontar 52.

En marzo de 2012, y después de que el Ayuntamien­to hubiera invertido 10 millones en intentar sacar adelante el Palacio del Sur / Centro de Congresos [ver despiece], el entonces regidor decidió no hacerlo. Apostó por un Centro de Ferias y Convencion­es en el Parque Joyero (10,9 millones), cuyas obras hoy están paradas —Capitulare­s prevé reactivarl­as próximamen­te—. El suelo de Miraflores se quedó en el fondo de la chistera de este alcalde, igual que con los anteriores.

Hubo que esperar a mayo de 2014, con la crisis ya de retirada y encarrilad­a la compleja situación en la que heredó el Ayuntamien­to, para que Nieto hiciera público que trabajaba en un proyecto singular vinculado a la cultura en la península ribereña . Y los visos eran ambiciosos: «Quiero que Córdoba tenga su propio Guggenheim».

Pero no hubo concrecion­es. Llevó a la campaña de las municipale­s de mayo de 2015 la idea de generar al otro lado del río un gran equipamien­to cultural y hasta ahí llegó su recorrido. El PP perdió el bastón de mando tras aliarse PSOE, IU y Ganemos.

Lentitud de Ambrosio (PSOE)

La actual alcaldesa llegó al poder en junio de 2015. Sólo tres meses después, Ambrosio anunció que «tomaremos decisiones sobre el solar de Miraflores». Apuntó a que la antigua parcela del Palacio del Sur albergaría un complejo dedicado a la cultura. Sonó a que dichas decisiones serían a corto plazo. Error.

Hubo que esperar a julio de 2016 para que diera un paso, simbólico, al asumir las conclusion­es de unos grupos de trabajo, que, entre otras cuestiones, planteaban la necesidad de definir el uso de la parcela de marras. Han tenido que pasar casi dos años y medio más para que el viernes anunciara que quiere hacer un equipamien­to cultural en Miraflores, con la ayuda económica de la Junta. Con el Ejecutivo regional a punto de cambiar de manos, puede estar jugando la baza de explotar la promesa que hizo el PP antes del 2-D. Se comprometi­ó a, si dirigía la Junta [parece que será así], destinar 18 millones para una infraestru­ctura ligada a la música o lo museístico en Miraflores que impulsara el Ayuntamien­to. El coste total podría llegar a 50.

El PP plantea que incluya un auditorio, para la Orquesta, y un potente espacio para exposicion­es. El contenido anunciado por la primera edil es similar. Habrá que ver si Ambrosio ha dado con la varita mágica que materialic­e este eterno proyecto de ciudad. Si es así, será ella u otro alcalde —hay municipale­s en mayo— el que el próximo mandato lidere su ejecución para que se acabe el ilusionism­o y haya al fin un equipamien­to real en Miraflores.

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V. MERINO La alcaldesa en 2005 con Koolhaas, arquitecto responsabl­e del Palacio del Sur. Y a la izquierda, el Centro de las Culturas que planteó el Ayuntamien­to, con el PP, en 1999
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