La tasa Google será deducible y no gravará operaciones entre la misma empresa
▶ El tributo, que no entrará en vigor hasta el verano, eximirá a Cabify, Zara y Wallapop
El Gobierno aprobó ayer, por fin, la tasa a los servicios digitales después de que el Ministerio de Hacienda de Cristóbal Montoro la prometiera para junio de 2018 –hasta que llegó la moción de censura– y que su sucesora María Jesús Montero desvelara que su aprobación era «inminente» allá por julio. Pese a su aprobación ayer, la entrada en vigor se puede demorar hasta el verano y el impuesto no puede ser retroactivo: no entrará en vigor hasta que no se apruebe.
Las Cortes deben aprobarla como proyecto de ley, al igual que la tasa Tobin sobre transacciones financieras que también se aprobó ayer, y sus apoyos no están garantizados. El trámite se puede postergar hasta, mínimo, abril ante la tramitación presupuestaria que goza de prioridad. Si incluso superarara las diferencias de Ciudadanos y PP –que se opone a aprobarla primero, sin esperar al resto de la UE con el consecuente deterioro competitivo–, después de publicarse en el BOE deberán pasar tres meses antes de que entren en vigor. Entre ambos impuestos suman 2.050 millones de recaudación prevista que están en riesgo por esta razón, como avanzó ABC.
Fuentes del PP señalan que la tasa Google «perjudicará a las pymes y al empleo», pero añaden que supondrá un nuevo varapalo a la España vacía. Y es que los llamados portales de comercio online están siendo una vía de repoblación de regiones rurales, al permitir el asentamiento de comercios locales que podían vender a todo el mundo a través de las plataformas digitales.
Pese a ello, el Gobierno prevé 1.200 millones de recaudación –y 850 para la tasa Tobin–, que difícilmente pueden cumplirse. De hecho, la Comisión Europea estimó en 4.800 millones la recaudación en toda la UE, contando que, por peso demográfico, sería de 500 millones para España. Bruselas, de hecho, duda de la estimación del Gobierno, junto a la Autoridad Fiscal.
El tributo español es más duro incluso que el europeo, que parece que se dilatará hasta 2021. Los últimos Ecofin han reducido el impacto de la tasa Google europea al hacer tributar solo la publicidad online, mientras que España también gravará los servicios de intermediación online que permitan localizar a otros usuarios e interactuar con ellos y los de «transmisión de los datos recopilados acerca de los usuarios que hayan sido generados por actividades desarrolladas por estos últimos», como se preveía en un inicio.
Será un tributo indirecto, para así no infringir los convenios internacionales, con un tipo del 3%, a empresas con un nivel de facturación superior a 750 millones en todo el mundo o superior a tres millones en España. La tasa Google eximirá a la venta online, por lo que firmas como Zara, Wallapop y El Corte Inglés deberán pagarlo. Sin embargo, sí hará que tributen Telefónica –el Fisco quería recaudar cien millones de las telecos–, Uber, Airbnb y Facebook. Como adelantó ABC, Cabify se librará, ya que no supera el umbral de facturación global –razón que obliga a Uber– ni el nacional.
Entre las novedades que ha incorporado el trámite de información, las operaciones intragrupo quedan exentas del impuesto, como reclamaban las empresas en el proceso de alegaciones. Por ejemplo, una venta de datos de una filial de Google a la matriz. También se confirma el carácter deducible del impuesto en Sociedades, si bien no habrá reducción alguna para empresas nacionales, describen desde Hacienda. Varias patronales habían pedido esta fórmula para combatir la posible doble imposición por operaciones que acaban generando beneficios que ya están gravados.
Presión fiscal El impuesto será más duro que el que plantea la UE, que ahora solo quiere gravar la publicidad online