Este Nadal ya se parece a Nadal
▶ El español, satisfecho con el paso adelante ofrecido en el partido ante De Miñaur
Sin ser todavía el que puede llegar a ser, este Rafa Nadal es muy parecido al que puede ganarlo todo. Si había alguna duda, ayer las despejó de golpe: aunque asegure necesitar partidos para entonarse, los cuatro meses de parón y la baja en Brisbane están más que olvidados. A tenor de un nivel que todavía tiene que subir, pero que ya ofrece lecciones magistrales de cómo se lee un partido y un rival respondón y sin miedo como fue Álex de Miñaur.
Sin cumplir los veinte años, el australiano que a punto estuvo de ser el relevo del propio Nadal, regaló todo lo que el balear era hace diez años: puro nervio, talento desbordado, físico infinito, concentración y golpes sorprendentes. Pero en la diferencia de edad residió la mayor parte del resultado. A pesar de dos primeros juegos que se alargaron casi diez minutos cada uno, a Nadal le sobra paciencia y veteranía para saber cuándo frenar, cuándo acelerar y cuándo sacar su latigazo a pasear. «Casi siempre sentía que tenía el mando de la situación. Tan solo no he tenido esa sensación en el tercer set. Ha sido un día para hablar en positivo porque he conseguido dar un pasito adelante en muchos aspectos», aceptaba el balear, que había estudiado a su rival para no dejarle nunca la opción de llevar el mando del punto.
«Creo que jugué un partido sólido, a buen nivel de tenista, pegando muchos golpes buenos, especialmente durante los dos primeros sets, e intentando que no se sintiese cómodo, por momentos creo que traté de hacerle sentir que mi pelota era lo suficientemente buena para que no tuviese el control del punto», continuó. Porque a De Miñaur, piernas con energía inagotable, le faltó esa templanza para saber que ante este rival no vale solo con defenderlo todo, también hay que entender en qué momento se necesita atacar con mordiente. El talento sobra, pero falta perfilarlo, carente como está todavía de un golpe ganador y una fortaleza mental para no desperdiciar las energías por activarse en exceso.
Una lección
Aunque hubo más batalla que la que responde al resultado, De Miñaur se llevó una lección para seguir aprendiendo. El pase a octavos, sin discusión, se lo ganó Nadal, en la victoria 250 en Grand Slam para el español. «He mejorado el revés y la intensidad de piernas. Para ser sincero, estoy muy feliz en la forma que manejé los partidos porque no es fácil después de un tiempo sin competir. Creo que hice muchas cosas bien. No voy a decir que estoy aquí listo para ganar y lo único que puedo decir que gané tres buenos partidos y que ahora tengo otro duro rival que está jugando muy bien y que ha empezado la temporada a un nivel muy alto. Así que será un gran test para mí», completó.
También en cuarta ronda está Roberto Bautista, que se cansó de ganar en cinco sets y apabulló en tres, en dos horas, a Karen Khachanov (6-4, 7-5 y 64). Se mide mañana con Marin Cilic, que levantó dos sets en contra y dos bolas de partido ante Fernando Verdasco (46, 3-6, 6-1, 7-6 (8) y 6-3). Hoy: Garbiñe Muguruza-Timea Bacsinszky (9.00h, Eurosport).