QUEDAR COMO LA CHATA
En la vida, se pueden hacer las cosas bien, regular, mal y como Izquierda Unida en Montoro
EN la vida, las cosas se pueden hacer bien, regular, mal y como Izquierda Unida en Montoro. La antigua envoltura del Partido Comunista acaba de quedar como la chata en el municipio del Alto Guadalquivir al anunciar, a bombo y platillo, que pactaba con una candidatura local —que responde al nombre de UDIM— y que desbancaría al PSOE tras cuarenta años ininterrumpidos de gobierno en la localidad para, posteriormente, desdecirse de su compromiso. Los de Pedro García de allí se reunieron solemnemente en asamblea y votaron mayoritariamente formar un gobierno de coalición con una candidatura formada por una escisión del Partido Socialista local. Cuando se dio a conocer la nueva, en IU eran plenamente conscientes que el artefacto creado solo era posible con el apoyo expreso a la investidura del Partido Popular. Se entiende que saben sumar.
La cosa es que en la noche del martes, la dirección local de IU anunció la ruptura del acuerdo de cogobierno porque se había producido el entendimiento con el PP que efectivamente era necesario desde primera hora. Nota relevante: los votos populares se pusieron a disposición del nuevo gobierno sin una agenda de compromisos previamente pactada. Se trataba de propiciar la alternancia en la institución municipal. El comunicado de ruptura resultante es de esas cosas sonrojantes que cuesta leer sin caer en la vergüenza ajena.
La intrahistoria del asunto es divertida. En el caso concreto de que el PSOE perdiese Montoro, la número dos de la actual ejecutiva del partido y negociadora de IU de los acuerdos generales de investidura, Dolores Amo, perdería galones de cara a su papel en la institución provincial. La actual alcaldesa en funciones, Ana María Romero, desplegaría bastantes de sus influencias para ocupar ella misma ese hueco. Aseguradas las posiciones en la Diputación (que es una fuente de financiación y empleo más que un sujeto institucional), solo cabía presionar a Sebastián Pérez —el negociador de IU—, con dejar caer alguna pieza en la provincia en contraprestación exacta. Aventuro la hipótesis de Castro del Río, donde el PSOE local sigue pidiendo la cabeza de José Luis Caravaca tras el triple empate entre IU, PP y PSOE.
Si se han producido unas elecciones locales sucias, pero sucias sucias, han sido las que en este texto se detallan. Con denuncias de seguimientos, presiones laborales e insultos por encima de lo civilizado, tolerable y ceñido a los estrictos límites que marca la democracia. El estrambote ha sido este circo montado por los profesionales de la política más pequeña, menos confesable e indecorosa. La alcaldesa en funciones ha firmado un decreto para que la sesión de investidura se celebre en el teatro municipal. No se encuentra un lugar mejor para exhibir semejante ópera bufa.