ABC (Córdoba)

Segunda marcha atrás de la historia

- A. R. VEGA

No es la primera vez que un grupo político mete la marcha atrás a una enmienda a la totalidad de los presupuest­os de la Junta de Andalucía en pleno debate. Hace 25 años, Luis Carlos Rejón retiró su veto a las cuentas presentada­s por el Gobierno de Manuel Chaves después de que el líder del

PP-A, Javier Arenas, anunciara en el Pleno que apoyaba al portavoz de Izquierda Unida porque le había convencido. Rejón se había marcado un farol, porque en realidad no pretendía devolverle al Ejecutivo socialista el proyecto de ley. Viendo que con los votos de la derecha su veto podía salir adelante, no tuvo más salida que renunciar a su enmienda a la totalidad para que no prosperase. Eso, después de intentar por activa y por pasiva que Arenas de no le brindase el prometido respaldo. Sucedió el 22 de noviembre de 1994, en la denominada «legislatur­a de la pinza» (1994-1996) en la que por primera vez el PSOE gobernó en minoría después de tres mandatos de cómoda mayoría absoluta.

Arenas puso a IU ante el espejo de sus propias contradicc­iones con

una cita de Manuel Fraga: «No se puede soplar y sorber a la vez». Su objetivo era visualizar que él era el jefe de la única oposición posible.

Ataque de risa

Pero aquella marcha atrás, recordada por la periodista Isabel Pedrote en un instructiv­o hilo de mensajes en Twitter, quedó eclipsada por el ataque de risa que les dio a los diputados andaluces. El presidente de la Cámara, Diego Valderas (IU), no tuvo más remedio que suspender cinco minutos el Pleno del Parlamento. En un debate cargado de tensión que duró hasta la madrugada, la entonces secretaria de la Mesa del Parlamento, Hortensia Gutiérrez del Alamo, fue incapaz de leer con fluidez los nombres de los 109 diputados para que votaran en voz alta. Le entró una risa nerviosa al llamar al parlamenta­rio Juan Vicente Acuña, que acabó contagiand­o al resto de parlamenta­rios.

Un año después, IU y PP tumbaron los presupuest­os del ejercicio de 1996. Se los devolviero­n al Gobierno. El presidente, Manuel Chaves, optó por disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipada­s. Fue el colofón a la legislatur­a conocida como de la «pinza».

Precedente Rejón renunció a devolverle las cuentas a Chaves al anunciar el PP que iba a apoyar su veto

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