Una vida dedicada a la Armada
▶ Llegó a ser almirante jefe de operaciones del Estado Mayor y de la Jurisdicción Central
Falleció cristianamente en Madrid, el vicealmirante de la Armada, Luis Carrero-Blanco Pichot, II duque de Carrero Blanco. Nacido en Cartagena el 28 de marzo de 1930, ingresó en la Escuela Naval de Marín el día 15 de enero de 1949 y recibió el despacho de alférez de navío el día del Carmen de 1954. A partir de esa fecha hizo su carrera embarcado en diferentes buques, se especializó en Armas Submarinas, cuya escuela se encontraba por entonces en Soller y se diplomó en Guerra Naval en 1976. Mandó el dragaminas Guadiaro y fue comandante de quilla de la corbeta Descubierta; de capitán de fragata mandó la LST Martín Álvarez; ya de capitán de navío, mandó la 31ª Escuadrilla de Escoltas y fue jefe de operaciones del Estado Mayor de la Armada. Ascendió a contraalmirante en 1987 y a vicealmirante en 1990, siendo nombrado almirante jefe de la Jurisdicción Central, en cuyo destino le alcanzó la edad del pase a la reserva (1992), entre el año 1992 y el 1999, fue el secretario del Consejo Superior de la Armada. Continuó su dedicación a la Marina, en situación de retiro, siendo elegido presidente
de la Asociación de Amigos del Museo Naval, en cuyo cargo ejerció una fructífera labor de difusión de la cultura marinera.
Hace solamente quince días tuvimos el honor de saludarle en el funeral de un compañero, mucho más joven que él, al que asistió dando una vez más muestra de su espíritu cristiano y de compañerismo.
nació el 28 de marzo de 1930 en Cartagena y ha fallecido el 11 de junio de 2019 en Madrid. Primogénito del expresidente del Gobierno almirante Carrero Blanco, siguió la vocación marina de éste e hizo una brillante carrera en la que llegó al grado de almirante con el que ejerció como jefe de la Jurisdicción Central. Aunque sea cita demasiado utilizada no encontramos otra mejor que la del poeta, cuando se autodefinía como «...en el buen sentido de la palabra bueno...», para aplicar a Luis Carrero-Blanco, cuya bonhomía era proverbial.
El almirante, siguiendo la estela de su padre, escribió con cierta asiduidad en la Revista General de Marina, siempre en la sección de Notas Profesionales, describiendo en sus artículos diversos aspectos tácticos o del material recién incorporado a la Armada. Entre 1959 y 1976, escribió una decena de artículos dedicando el último de ellos a su padre, el almirante Luis Carrero Blanco, vilmente asesinado por la ETA. En su única declaración en prensa (que sepamos) en el año 2003 («La Razón»), declaró: «Sí, les perdono aunque nadie me ha pedido perdón en estos 30 años. Yo jamás brindaré con champán por la muerte de ninguno de ellos.»
Luis Carrero-Blanco estaba casado con Mercedes Martín-Artajo Saracho, de cuyo matrimonio hubo cinco hijos, cuatro varones y una hembra. Él, a su vez, tenía dos hermanos en la Armada, uno ya fallecido, y dos hermanas, amén de varios primos hermanos que también pertenecieron a su misma profesión. A toda su extensa familia queremos enviar nuestro más sentido pésame por la pérdida de este singular caballero cristiano que fue Luis Carrero-Blanco Pichot.