El debate del más vale tarde
Control de ayudas
Se limitan la financiación de gastos estructurales de asociaciones de Memoria Histórica y se buscarán fórmulas para mejorar el control del actual PER y de los cursos de formación mico y de gestión» a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para atajar la inmigración irregular.
En cuanto al teléfono de atención a víctimas de «violencia intrafamiliar», inicialmente Vox propuso incluir esta asistencia dentro del 016, la línea para mujeres que sufren violencia machista. Bravo explicó que se trata de «sumar» un servicio más. Hernández explicó que para Vox «la violencia no tiene género» y daría cobertura a «hijos de madre alcohólica» y a las «madres extorsionadas por hijos drogadictos».
La conquista de América
Como anécdota, la Junta se compromete a poner en marcha el programa «1492: un Nuevo Mundo» para divulgar «la herencia histórica que conllevó el descubrimiento de América y «otras gestas posteriores».
Una propuesta espinosa pasa por asignar tareas administrativas a personal de la llamada «administración paralela» de la Junta. Bravo aseguró que el Servicio Andaluz de Empleo tiene «a 2.000 empleados sin unas competencias claras», entre ellos los 900 que entraron sin convocatoria pública en la polémica fundación Faffe, investigada judicialmente por el desvió de ayudas. Todo este personal sin tareas definidas cuesta a las arcas públicas entre 80 y 100 millones de euros. El Gobierno quiere «poner a 2.000 empleados a trabajar con todas las competencias», además de encargar auditorías privadas y avanzar en la reducción de estos entes.
El portavoz de Adelante Andalucía, Antonio Maíllo, tiró de la plataforma Netflix para definir el debate parlamentario del día anterior, en el que las enmiendas a la totalidad presentadas a las cuentas por su grupo y el PSOE se estrellaron contra la aritmética parlamentaria. «Ayer asistimos a una especie de guión entre Juego de Tronos y Escenas de Matrimonio que acabó como el ‘Abrazo de Vergara’ pero a la inversa», le replicó al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno en alusión al pacto del bipartito de PP y Ciudadanos con Vox. Pero la sesión de control al Gobierno andaluz se convirtió en un segundo asalto del Pleno de los vetos presupuestarios para algunos líderes que se perdieron el primero. Como la dirigente socialista Susana Díaz, que dejó su escaño vacío durante horas para comentar en directo la «jugada» de las primeras «cuentas del cambio» en el magacín presentado por Mamen Mendizábal que lleva por título «Más vale tarde».
Más vale tarde que nunca, debió de pensar la jefa de la oposición, quien quiso estirar el chicle del pacto del «trifachito» a cuenta del desbloqueo de los presupuestos, como algunas series que tratan de alargar la historia más de lo razonable con material de relleno y giros forzados, al más puro estilo de «Cuéntame», en lugar de marcharse por la puerta grande. La expresidenta andaluz iba a preguntar a Moreno por las previsiones económicas del Ejecutivo pero terminó agitando «el fantasma de Vox». «Hoy ya nadie duda de que
su gobierno depende de una fuerza de ultraderecha», reprochó al también líder del PP. «Ha intentado blanquear en esta sede parlamentaria lo que no hay manera de blanquearse», dijo parafraseando lo dicho la víspera ante una cámara de La Sexta.
Se lo recordó el jefe del Gobierno cuando le tocó la réplica. «¿Cómo la líder de la oposición no está presente cuando se están presentando las cuentas públicas de 2019?». «Cuando la señora (María Jesús) Montero —hoy ministra de Hacienda— presentaba los presupuestos, yo estaba sentado en este escaño e incluso fui yo el que defendió personalmente la enmienda a la totalidad», le afeó para subrayar la distinta actitud. La líder del PSOE denunció la debilidad de su gobierno y Moreno le contestó con otro dardo: «la estabilidad del Gobierno es directamente proporcional a su inestabilidad».
El segundo asalto continuó. «Están banalizando el mal», le reprochó Maíllo al presidente, citando a la escritora judía Hannah Arendt que teorizó sobre el nazismo al que quiso homologar con el partido de Abascal, el ausente más mencionado ayer en la sesión plenaria. La réplica se la dio José Antonio Nieto, portavoz del PP: «Para mí es un lujo dialogar con usted. Pero es muy difícil en una formación donde uno es anarquista, otro comunista, uno leninista, otro trotskista, uno marxista, otro feminista...» Moreno aseguró que ni Adelante ni el PSOE quisieron sentarse a negociar las cuentas, pero ahora le atacan por el socio que se ha buscado. Todo sea por estirar el chicle lo que haga falta.