Volcada en labores sociales
▶ Muchos la han querido y apreciado por su sencillez, elegancia y su exquisito trato
Ha fallecido en Madrid una gran señora, María del Carmen Dávila y Ponce de León, viuda de Rodríguez de Maribona. Carmina Dávila, como la han llamado siempre sus amigos y conocidos, había nacido en Madrid, siendo de familia de origen sevillano. Sufrió muy niña la muerte de su padre, asesinado en la Guerra Civil, y vivió con sus abuelos el general Manuel María Dávila y Ávalos y Carmen de Arizcun y Carrera, cursando sus estudios en el colegio de la Asunción. Un hermano de su padre, José Luis Dávila y Arizcun, colaboró muchos años con ABC con sus caricaturas diarias y sus críticas taurinas.
En Madrid conoció muy joven al que sería su marido, Carlos Rodríguez de Maribona y Valdés, cuando éste estudiaba su carrera de marino mercante. Pertenecía a una familia de gran raigambre asturiana, propietarios que fueron de la Banca Maribona. Tuvieron siete hijos, Carlos, periodista y crítico gastronómico de ABC; Belén, doctora en biología; Manuel María, historiador y escritor; Óscar, periodista que fue también de ABC; Ignacio, historiador, y Álvaro y Almudena que realizaron estudios
de administración de empresas, teniendo que soportar el dolor de la pérdida de dos de ellos, Belén y Óscar. Fue abuela de once nietos, Covadonga, Carlos, María, Miguel, Ana, Óscar, Blanca, Natalia, Jaime, Nicolás y Carmen.
Carmina Dávila desde el primer momento se enamoró de la tierra asturiana, y muy especialmente de Salinas, su lugar de veraneo de siempre, y donde ha residido en los últimos años, contando siempre con el caluroso afecto de muchos amigos que la han querido y apreciado por su sencillez, elegancia y exquisito trato que la caracterizaba siempre. Como destacó el párroco de la iglesia del Carmen de Salinas en su funeral, Carmina era una mujer de gran corazón, volcada en labores sociales, inteligente, y lectora empedernida que gustaba de estar al día de todas las noticias y de las nuevas tecnologías.
Era dama de Justicia de la Orden Constantiniana de San Jorge, en la que la recibió S.A.R. el Infante Don Carlos de Borbón Dos-Sicilias, Duque de Calabria; de la Orden de San Miguel del Ala, siendo S.A.R. Don Duarte de Portugal, Duque de Braganza, el que le impuso personalmente sus condecoraciones, y del Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias, que tengo la satisfacción y el honor de presidir, y donde he tenido la oportunidad y el inmenso placer de conocerla y tratarla.
Aunque falleció repentinamente en su casa de Madrid, fue enterrada junto a su marido en el panteón familiar de los Maribona, en el cementerio de la Carriona de Avilés. Nos unimos al inmenso dolor de sus hijos y nietos, que la han acompañado en sus últimos momentos, y pido una sincera oración por la salvación de su alma. Que descanse en paz. DUQUE DE SEVILLA