El abismo desconocido de Laso
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Sin apenas tiempo para lamerse las heridas, derrotado hace solo unas semanas en la Euroliga y con el recuerdo amargo de la final de Copa, el Real Madrid comenzará mañana su asalto definitivo a la ACB, la única bala que le queda en la recámara si no quiere acabar en blanco la temporada. Una sensación nunca antes experimentada desde que Laso llegó al banquillo en 2011, cuando comenzó una era dorada en la que siempre se ganó al menos uno de los tres títulos importantes. De hecho, solo en 2013 se llegó a estas alturas de temporada con la incertidumbre del fracaso total, aunque entonces los blancos terminaron levantando la Liga ante el Barcelona en el quinto partido de la final.
Esta vez, los azulgranas son de nuevo el último obstáculo hacia la gloria. Un rival incómodo que ha derrotado a los blancos este año en cuatro de las cinco veces en las que se han visto las caras. Incluida la polémica final de Copa del Rey, decidida a favor del Barcelona por un error arbitral. Aquella decepción se unió a la cosechada en Vitoria, donde el CSKA les eliminó tras desperdiciar una renta holgada en los últimos minutos. «Hay que valorar mucho la temporada que estamos haciendo aunque no hayamos ganado ningún título todavía. Hemos estado en todas las finales y eso no es fácil. Está claro que esto es el Real Madrid y hay que intentar ganar siempre y por eso tenemos que sacar la ambición que tenemos y tratar de ganar este título», asumía ayer Rudy Fernández, uno de los pilares de Laso en el equipo.
Porque el mérito de este Real Madrid ha estado en los éxitos, pero también en la capacidad para levantarse. Para llegar lejos en cada una de las competiciones y luchar por todo. En la ACB no se han perdido ninguna final desde 2012 y en Copa, solo una. Si sumamos además sus seis presencias en la Final Four desde que Laso es técnico
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