PP y Cs sellan su acuerdo en Madrid para convertir a Almeida en alcalde
▶ El pacto depende de Vox, que sólo dará el apoyo si se le entregan sillones de poder
l Partido Popular y Ciudadanos firmaron ayer su acuerdo para convertir a José Luis Martínez-Almeida en el nuevo al calde de Madrid. La noticia se hizo esperar tras casi más de doce horas de reunión. José Luis Martínez-Almeida y Begoña Villacís anunciaron pasadas las diez de la noche que el primero será dueño del bastón de mando durante todo el mandato y la segunda, vicealcaldesa, siempre que lo permita Vox. A escasas horas de que dé comienzo la sesión de investidura en el Ayuntamiento de la capital, lo que haga la formación de Abascal es una incógnita. Si no vota por Almeida permitirá que continúe en el cargo Manuela Carmena, una posibilidad con la que amenazó tras el 26-M si se les ninguneaba, un giro de guión que tratarían de subsanar una moción de censura.
Desde Génova se ofreció a Vox puestos intermedios y delegados en el Ayuntamiento de Madrid, pero ellos sólo quieren a cambio poder en sillones de áreas de gobierno, pese a tener cuatro concejales. Tanto Almeida (15 escaños) como Villacís (1) anunciaron anoche que las siglas verdes no tendrán cabida en el Ejecutivo local.
Almeida y Villacís salieron sonrientes en la sede municipal de los grupos madrileños para trasladar la noticia. Uno y otro elogiaron la flexibilidad para definir su contrato. «Quiero agradecer el acuerdo donde ha primado la generosidad, con más de 80 medidas», declaró el alcaldable. Su previsible compañera de gobierno dijo que iba a ser la vicealcaldesa.
Vox reclamó ayer al PP y a Cs que en las negociaciones para gobernar el Ayuntamiento de Madrid no cometan la «misma irresponsabilidad» que en Zaragoza, donde los de Santiago Abascal se desentendieron del pacto previo entre populares y Ciudadanos. Por ello, advirtió que su apoyo sólo será posible si se cuenta con ellos. Si populares (con 15 concejales) no logran sellar el acuerdo con Ciudadanos (11 ediles) y Vox (4 concejales) en las próximas horas, será el equipo de Manuela Carmena el que gobierne al ser la lista más votada con 19 ediles. La hora tope que marca el reloj para llegar a acuerdos son las once de la mañana
Ede hoy, cuando se celebra el pleno de investidura. A continuación, se convocará la primera Junta de Gobierno en la que se realizará el reparto de áreas de Gobierno.
Vox apostó desde el principio por poner de acuerdo a todas las partes sobre una base programática y luego buscar el acuerdo para ver «quién lidera cada cartera». Precisamente, las relaciones con Vox, lejos de la ceremonia con la que se han desarrollado las conversaciones con Cs, se realizaron sin aspavientos y sin prensa esperando a las puertas. Sin fotos, ni luz ni taquígrafos.
La primera reunión formal, que haya trascendido, se fraguó este jueves. «Se aleja la amenaza de Carmena del Ayuntamiento de Madrid», publicó la formación de Santiago Abascal en redes sociales.
Aunque la reunión entre los equipos negociadores de PP y Cs comenzó sobre las 13.30 horas de ayer, el candidato popular, José Luis Martínez-Almeida y su homóloga en Cs, Begoña Villacís –con su hija recién nacida–, llegaron tres horas antes a su despacho en la calle Mayor, 71. El popular sólo abandonó el edificio entre las 19.30 y las 21 horas para acudir a la sede de su partido.
La estrategia trazadada al más alto nivel estuvo orquestada lejos de la calle Mayor de Madrid. A pesar de que el equipo negociador del PP estuvo formado sólo por los ediles Andrea Levy, Inmaculada Sanz, Álvaro González y Borja Carabante, quienes dirigieron todos sus movimientos y entablaron las negociaciones clave entre los territorios en juego fueron el propio secretario general del PP, Teodoro García Egea, y el vicesecretario de organización del partido, Javier Maroto. Precisamente, con ellos es con quién se reunió Martínez-Almeida para comunicar el estado de la negociación.
Por parte de Ciudadanos, los concejales Silvia Saavedra, Miguel Ángel Redondo y Mariano Fuentes estuvieron acompañados por el secretario general del grupo parlamentario de Cs, Miguel Gutiérrez, aunque quien realmente pilotó la negociación fue el propio secretario general de la formación