Washington muestra pruebas del «ataque iraní» en el Golfo
▶ Teherán lo niega, y el Gobierno británico respalda la tesis norteamericana
Donald Trump y su Gobierno no tienen duda alguna de que Irán es responsable de los ataques con explosivos a dos buques petroleros en el estrecho de Ormuz ocurridos el jueves. Tan seguro de ello está el presidente de Estados Unidos que ayer declaró que la república islámica es «una nación de terror» y advirtió de unas represalias inmediatas que no detalló. Para respaldar a la Casa Blanca, el Comando Central de las Fuerzas Armadas de EE.UU. difundió un vídeo en blanco y negro en el que se ve a un buque de la Guardia Revolucionaria iraní retirar de noche «un artefacto que no estalló en el costado del buque Kokuka Courageous», de bandera japonesa, según la versión de Washington.
El presidente Trump llamó ayer a su homólogo japonés, Shinzo Abe, para hablar del ataque a los buques –aparte del de bandera japonesa fue atacado otro fletado en Noruega– y de la reciente visita del segundo a Irán «para tratar de abrir vías de diálogo con Irán», según dijo la Casa Blanca en un comunicado. Está claro que para Washington esas vías de diálogo son un fracaso, dados los dos ataques que atribuye al régimen islámico, similares a otros cuatro ocurridos el mes pasado también en el estrecho de Ormuz, por donde cada día pasa un 20% del crudo que se vende en el mundo.
Trump decidió revelar ayer sus sospechas sobre los ataques en una llamada matutina a uno de sus programas preferidos,
‹Fox and Friends›, de la cadena Fox News. En teoría el presidente llamaba para que le felicitaran por su 73 cumpleaños, pero pronto aireó su indignación por el desafío iraní. «Irán lo hizo. Y sabemos que lo hizo porque hemos visto el buque. Supongo que una de las minas no explotó y es probable que esa mina lleve la palabra “Irán” escrita por todas partes. Vimos ese buque por la noche tratando de quitar la mina que no explotó”, dijo Trump.
El vídeo al que se refiere el presidente Trump fue tomado desde el destructor USS Bainbridge, que en la madrugada del jueves al viernes se encontraba cerca del buque petrolero japonés atacado.
Por su parte, el Gobierno británico anunció que según su propia investigación la responsabilidad de Irán en el ataque es «casi evidente».
«Conspiración occidental»
Hace un mes el Pentágono advirtió a la Casa Blanca de posibles ataques por parte de Irán a intereses militares, diplomáticos y económicos en el Golfo, como represalia por la salida unilateral de EE.UU. del pacto de desarme nuclear. A finales de mayo Trump autorizó el envío de 1.400 soldados al Golfo para contener cualquier amenaza iraní, además del despliegue del portaaviones USS Abraham Lincoln, de cuyo grupo de ataque el gobierno español despegó la fragata Méndez Núñez, que fue enviada a la costa de India para que pudieran votar por correo sus 215 tripulantes.
Los ataques a seis petroleros en un mes, los dos últimos el jueves, han disparado la tensión en el Golfo. Irán se puso a la defensiva ante las acusaciones de Estados Unidos y Arabia Saudí que le señalan como autor de estas acciones, y pidió a todos los países vecinos «mucho cuidado de no caer en la trampa de aquellos que se benefician de la inseguridad en la región», según señaló el portavoz del Gobierno, Ali Rabei. Teherán apeló a la teoría de la conspiración exterior y el presidente, Hasan Rohaní, compareció ante los medios para alertar de que «la orientación agresiva» de Estados Unidos «es una amenaza para la estabilidad en la región y en el mundo, al violar todas las reglas internacionales».
La versión del uso de minas esgrimida por EE.UU. contrasta con las palabras del operador japonés del buque «Kokuka Courageous», Yukaka Katada, quien aseguró que la tripulación vio un «objeto volante» dirigido hacia el barco, «luego hubo una explosión e hizo un agujero». Nada de esto se percibe en las imágenes en blanco y negro de un Pentágono que tendrá que trabajar duro para granar credibilidad porque el recuerdo de la invasión de Irak en nombre de unas armas de destrucción masiva inexistentes está muy presente.
«Que Estados Unidos haya aprovechado la oportunidad para lanzar acusaciones contra Irán –sin ni una pizca de prueba fundada o circunstancial– solo deja muy claro que han pasado al plan B: la diplomacia de sabotaje y el encubrimiento de su #TerrorismoEconómico contra Irán», escribió en Twitter el ministro iraní de Exteriores, Javad Zarif, quien señaló que su país es «responsable de mantener la seguridad en el estrecho de Ormuz», ayudó a los navíos dañados y «salvó» a sus tripulantes.
El alto diplomático Hosein Amir Abdolahian Una marinera del destructor USS Bainbridge presta cuidados médicos a un tripulante. A la izquierda, captura del vídeo difundido por el Pentágono recurrió también a las redes sociales para apuntar que «los principales sospechosos de hacer insegura la exportación de petróleo en el Golfo Pérsico son el Mosad y los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin apoyan de forma estúpida el estallido de violencia en la región».
Desde que Donald Trump decidiera romper el pacto nuclear y volver a imponer sanciones a Irán, ha ido aumentado la presión en torno a la república islámica desde distintos frentes, pero sobre todo desde el económico y el país sufre una grave crisis. El estrecho de Ormuz y el golfo de Omán son puntos estratégicos para la economía mundial porque por allí discurre una quinta parte del crudo que se consume en el mundo. Puntos tan estratégicos como sensibles y en los que ha aumentado la inestabilidad a base de ataques a petroleros conforme ha crecido la presión sobre Irán.
Las voces pro iraníes piensan que es un montaje enemigo para provocar una operación militar a gran escala, como ocurrió con las inexistentes armas de destrucción masiva en Irak. Los adversarios de la república islámica, sin embargo, hablan abiertamente de operaciones iraníes para chantajear a la comunidad internacional.
Otra versión Irán recuerda que fueron sus equipos los que rescataron a la tripulación de los barcos atacados