Cura «placebo» a 8.000 euros contra los daños neurológicos
▶ Pese a no tener aval científico, algunas familias confían en el método Doman
Ninguna publicación científica lo avala y los neurólogos niegan sus supuestos «efectos milagrosos». Pese a ello y a su precio prohibitivo (8.000 euros por varias sesiones), el controvertido método Doman, que consiste en realizar ejercicios repetitivos de estimulación cognitiva y física para recuperar lesiones cerebrales en niños, sigue arrastrando a miles de familias desesperadas que no han encontrado en la medicina convencional el «arropamiento» esperado.
La terapia, que lleva años en el punto de mira de la comunidad médica y científica, se dio a conocer en España a través del testimonio del cantante Bertín Osborne, que aplicó durante años el método a su hijo Kike, aquejado de una lesión cerebral. Osborne se convirtió en el embajador de Doman en nuestro país y a raíz de su experiencia ofrece desde hace años a través de la Fundación Bertín Osborne «orientación y apoyo emocional» a otras familias que se encuentran en una situación similar. El método Doman, que inventó el fisioterapeuta norteamericano Glenn Doman en los años 60, junto al psicólogo Carl Delacato, parte de la teoría de que el desarrollo del cerebro infantil se produce a través de etapas similares a las de la evolución de los animales. Así, según sostienen sus impulsores, «un fallo en el desarrollo de las mismas conduce a un daño cerebral que derivará, en la mayoría de los casos, en retraso mental, dificultades de aprendizaje o trastornos de conducta».
Imitan el rastreo animal
La solución pasa, según arguyen, por que el niño realice ejercicios que imiten los movimientos de los animales (como el rastreo o el gateo) para estimular el desarrollo psicomotriz, acompañados de otras prácticas de estimulación sensorial y de respiración. Los padres del cuestionado método aseguran que todas estas actividades, diligentemente dirigidas por los padres, que pueden dedicar hasta ocho horas diarias al tratamiento de sus hijos, «promueven la integración sensorial y motora en las células dañadas del cerebro». El método lleva años cuestionado dentro y fuera de nuestro país. La Sociedad Americana de Pediatría ha advertido en varios informes (1968, 1982, 1999, 2002 y 2005) de la falta de investigación sobre la eficacia del método. Neuropediatras consultados por ABC coinciden en la «nula validez científica» de esta terapia, que tiene un alto coste para las familias. Una tanda de tratamiento (varias sesiones para instruir a los padres) cuesta unos 8.000 euros, a los que debe sumarse el coste del viaje y la estancia en los dos únicos centros en el mundo que imparten el método, en EE. UU. e Italia.
Ni las reiteradas advertencias de los especialistas ni su disuasorio precio han impedido que miles de familias desesperadas sigan confiando en el método. La mayoría lo aplican sin dejar la medicina convencional. Es el caso de Laura García, una «madre coraje» de Tarrasa (Barcelona) que lleva una década luchando por su hija Ainhoa, de 9 años, y afectada de una rara enfermedad neurológica para la que no hallan curación.
La madre, que ya ha invertido unos 24.000 euros en el cuestionado tratamiento, sostiene que a Ainhoa le ha funcionado. «Mi hija empezó a andar, bailar, cantar, incluso estuvo varios años escolarizada pero hace unos meses tuvo una recaída y ahora estoy buscando financiación para aplicarle de nuevo la estimulación», afirma Laura, que ha creado la Asociación Rayo de Luz (unrayodeluz.2019@ gmail.com) para obtener fondos.
El caso de Ainhoa «Gracias a este método mi hija empezó a andar, bailar, cantar, incluso estuvo escolarizada»