Rosalía lidera un cartel con muchos nombres de mujer
▶Clásicas como Remedios Amaya, innovadoras como La Tremendita o la pianista Rosario Montoya y jóvenes talentos como Sarayma se subirán a los escenarios
ESAN tanto esas siete letras, que han acabado por oscurecer a todo lo demás. Rosalía es el nombre que más se pronuncia en Córdoba desde hace semanas y su concierto, una especie de acontecimiento excepcional en la ciudad. Y lo es, pero con la llegada de la que desde el otoño pasado es una estrella internacional, casi se ha olvidado que actúa dentro de la Noche Blanca del Flamenco, y que esta cita, ahora con Rosalía pero también mucho antes, cuando no estaba, es una de las grandes del calendario cultural de la ciudad desde 2008.
En esencia, y a pesar de lo inusual de esa cita multitudinaria, todo sigue igual, con notable seña de identidad: la Noche Blanca del Flamenco tendrá más que nunca nombre de mujer, porque casi todos los espectáculos tendrán a las mujeres como protagonistas absolutas. No habrá cantaores, bailaores ni guitarristas principales, sino cantaoras, bailaoras y guitarristas, y los hombres que estén participarán en sus cuadros y compañías.
Quizá con la excepción del primer concierto, que de forma tradicional se hace en la plaza de Las Tendillas, y que protagonizará el Ballet Flamenco de Andalucía, equilibrado entre hombres y mujeres. A partir de entonces todos los carteles están encabezados por nombres femeninos. Los siguientes serán a las once de la noche. En el Patio de San Basilio estarán dos bailaoras, Mercedes de Córdoba y Lola Pérez.
Ambas son de la ciudad, se han curtido en sus escenarios y ofrecerán una de las primeras citas más hondamente flamencas de la noche. La otra se
Pdesarrollará lejos del Casco Histórico, un caso poco frecuente en una cita que siempre busca las plazas y rincones de la ciudad vieja. Será en la plaza de la Juventud, en la Fuensanta, donde actuará Remedios Amaya a partir de las once de la noche. La suya es una larga y respetada carrera como cantaora, que le ha valido la admiración de los aficionados al flamenco, y que servirá uno de los platos fuertes de la noche.
Desde entonces todo se desarrollará en la ciudad intramuros. O casi todo, porque en Ciudad Jardín, en el Coso de los Califas, será el acontecimiento musical del año: el concierto de Rosalía. No sólo diferirá del resto en que haya que entrar con invitaciones y con el DNI en la mano, ni las largas colas para conseguir las entradas gratuitas, ni en la mayor seguridad, sino también en un espectáculo que promete ser tan ecléctico, inclasificable y sorprendente como la propuesta musical de la artista catalana, definida por Alberto García Reyes en ABC como «cantante de flamenco», lo que es distinto de «cantaora». 10.000 personas saldrán de dudas en la plaza de toros a medianoche.
A esa misma hora, literalmente, continuará el baile, y lo hará en el entorno de la torre de la Calahorra, otro sitio clásico. La protagonista entonces será Patricia Guerrero, que llega en una propuesta en que la fidelidad a las raíces flamencas no estará reñida con la innovación y con la creatividad. Su espectáculo ya promete desde el título, porque se llama «Distopía».
En Córdoba es una de las noches más largas del año y por eso no extrañan las horas. A las 0.30, en la plaza de San Agustín actuarán dos cantaoras: La Macanita y María La Terremoto.
María Tomasa Guerrero «La Macanita» es una jerezana aplaudida por su interpretación del flamenco al modo gitano, con toda su pureza. Algo parecido hará María Fernández Benítez, «María La Terremoto», descendiente de algunas de las mejores sagas del flamenco. Los amantes de la guitarra tendrán una doble cita a partir de las 0.30. En ese momento, en el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral estarán Ekaterina Záytseva y Marta Robles. La primera es una intérprete del mundo clásico y la segunda flamenc,a y ambas forman el llamado «Dúo del mar», que mezcla las dos músicas en un espectáculo muy sugerente. La noche avanzará con otro espectáculo original, el que ofrecerá la jerezana Rosario Montoya con un instrumento no tan frecuente en el flamenco: el piano, acompañado por violín y percusión, siempre según el flamenco que conoce muy bien. Sarayma, una de las cantaoras jóvenes más prometedoras, será otro de los atractivos de la cita, antes de que se suba al escenario Esperanza Fernández, otra de las apuestas del flamenco más intemporal y puro. El último concierto comenzará a las 4.30, en el Alcázar, con María La Tremendita, una trianera que une a su conocimiento del cante una estética muy singular. Y de ahí hasta el amanecer.