El equipo de ensueño que se topó con el muro de las lesiones
No hubo nunca un equipo tan fantástico y favorito para un título de la NBA como estos Warriors –el único conjunto con cinco «All Star» en su vestuario– y quizá por eso su derrota ha sido más amarga. Comenzaron el año sin DeMarcus Cousins, perdieron por el camino a Kevin Durant y terminaron golpeados por la lesión de Klay Thompson en el último partido. Un mazazo del que no pudieron recuperarse a pesar del orgullo que todos pusieron sobre la cancha.
El sueño del tercer título consecutivo se esfumó de manera definitiva al final del tercer cuarto del sexto partido, cuando Klay Thompson –autor de 30 puntos– aterrizaba mal sobre su pierna izquierda tras un intento de mate. El Oracle Arena enmudeció mientras veía al alero camino de los vestuarios. El rostro de Curry lo decía todo, incrédulo ante la mala fortuna de los Warriors. Aún así, llegaron a los últimos segundos con opciones y hasta tuvieron un lanzamiento para haber ganado y alargar la agonía. Porque sin Durant y sin Thompson parecía imposible que pudieran lograr el anillo. Ausencias que han dejado sin título al equipo y que amenazan su futuro. Solo Curry y Green tienen contrato para la próxima temporada y las lesiones provocan incertidumbre en la franquicia que ha dominado la NBA en los últimos cinco años. «No creo que nuestra historia se haya acabado», advirtió un Curry abatido por haber errado el lanzamiento que hubiera forzado el séptimo partido.