Badanelli: «Ni cómplices ni testigos mudos»
Vox se estrenó ayer en el Ayuntamiento de Córdoba con el discurso de la que será su portavoz municipal, Paula Badanelli. «No seremos cómplices ni testigos mudos», prometió la que concurrió a las elecciones como número 2 en una lista liderada por Rafael Saco, pero que ha «sorpassado» a su alcaldable para la representación municipal.
Vox no estará en el gobierno municipal ni será una tercera pata al estilo Ganemos. La edil comenzó su discurso justificando «por imperativo ideológico» su abstención en la votación para elegir a José María Bellido como alcalde, y apuntó que «no nos oponemos al cambio en Córdoba, que tiene a 16 concejales de centro y derecha». Es el compromiso adquirido con «los 12.000 cordobeses» que les votaron pidiendo un cambio.
Durante su alocución no escatimó críticas al gobierno municipal del PSOE e IU, pero pronto dejó el pasado en el pasado, por muy inmediato que fuese. En seguida pasó a advertir al nuevo equipo de PP y Ciudadanos de que no tiene que repetir los «errores» de sus antecesores. En su primer discurso en el Ayuntamiento, Vox se esforzó por no retratarse como aliado del PP. Más bien, como un colaborador necesario pero sin cheques en blanco. En este sentido, la portavoz de la formación de Santiago Abascal apuntó que sus dos concejales estarán «vigilantes» durante los próximos cuatro años. Básicamente, vino a anunciar que PP y Cs no pueden dar por hecho que tendrán su apoyo bajo cualquier concepto. La estabilidad que darán los votos de Vox al gobierno de Bellido y Albás —sus dos votos serán necesarios a la hora de tomar decisiones que requieran de una mayoría absoluta en el Pleno— «llegarán o no», en función de las actuaciones que tenga el nuevo gobierno municipal.