ABC (Córdoba)

CAMINO A LA EXTORSIÓN

- POR

Aunque todas las miradas estaban puestas en Madrid, por si acaso el griterío en la corrala de la derecha devenía en duelo a garrotazos, la investidur­a más interesant­e –desde el punto de vista del interés general– no fue la que ayer le dio el bastón de mando capitalino a Martínez-Almeida, sino la que hizo alcalde de Pamplona a Enrique Maya con la complicida­d del PSOE. No digo que la jubilación política de Carmena o la conllevanc­ia de los triunviros de Colón no sean noticias relevantes. Lo son. La primera le da oxígeno a Casado y la segunda allana el camino para cerrarle el paso a la izquierda en las Comunidade­s Autónomas de Castilla-León, Murcia y Madrid. Pero si miramos al Gobierno de España, la votación en Pamplona nos da muchas pistas sobre lo que puede pasar en el tortuoso camino a la investidur­a de Pedro Sánchez. Aunque no todos las interprete­mos igual.

Hay quien piensa que la actitud del PSN, favorecien­do la llegada de Navarra Suma al puente de mando del consistori­o pamplonica, preludia la actitud de Ferraz durante la constituci­ón del Gobierno foral. Si le ha dado la espalda a Bildu en el Ayuntamien­to –razonan– lo lógico es que mantengan el mismo criterio cuando le llegue el turno a la presidenci­a comunitari­a. Yo no le veo tan claro. Los socialista­s, como tercera fuerza, hubieran tenido que votar a favor del candidato abertzale en el consistori­o para arrebatarl­e el poder a la derecha. El acto de complicida­d hubiera sido indisimula­ble. Bildu exigía esa contrapart­ida a cambio de su abstención para que el PSN presida la Comunidad. Al no haberla concedido, Sánchez puede argumentar que no hay pacto con los independen­tistas y que su abstención durante la votación de investidur­a de María Chivite –si se produce– será gratis total.

Con ese precedente, la aritmética parlamenta­ria de la investidur­a de Sánchez se clarifica bastante. Si pudiendo decir que no ha mediado trueque alguno, el PSOE decide aceptar la abstención separatist­a en el Parlamento navarro, ¿por qué no iba a hacer lo mismo en el Parlamento nacional? Incluso podría justificar­lo argumentan­do

que es la única forma de evitar que se repitan las elecciones. Si Navarra cae del lado socialista, Sánchez perderá el apoyo de UPN y quedará irremediab­lemente condenado a depender de los costaleros del procés. Sin navarros ni canarios –Ana Oramas ya ha dicho que con ella no cuenten–, la segunda votación arrojaría un empate insuficien­te a 173. Sería inevitable que ERC, Junts per Catalunya o Bildu cruzaran a la acera de la abstención. Siempre hemos creído que no lo harían gratis, pero tal vez estábamos equivocado­s.

Si Sánchez se convierte en presidente del Gobierno con una mayoría tan precaria, la gobernabil­idad del país, y por lo tanto la duración de la legislatur­a, quedará en manos de los independen­tistas. Si se repitieran las elecciones, en cambio, Junqueras y Puigdemont correrían el riesgo de quedar relegados a posiciones irrelevant­es. Favorecer la investidur­a les trae más cuenta que entorpecer­la. Con ellos en el fiel de la balanza de todas las votaciones importante­s, empezando por la de los Presupuest­os, las posibilida­des de extorsión al Gobierno crecen de forma exponencia­l. Dicho de otra forma: una investidur­a gratis ahora les garantiza la posibilida­d de extender facturas onerosas en el futuro inmediato, mientras que un nuevo veredicto de las urnas deja al albur de lo que pase su capacidad de chantaje. Si son partidario­s del pájaro en mano, no dudarán en hacer lo que más le conviene.

De hecho, tras su reunión del jueves con Adriana Lastra, Gabriel Rufián ya dejó clara la disposició­n de su grupo a no bloquear la legislatur­a. A diferencia de Laura Borrás, que afirmó taxativame­nte que «no se dan las condicione­s para facilitar la investidur­a de Pedro Sánchez», el portavoz republican­o se limitó a pedir del Gobierno una actitud dialogante. Sin más. Junts hace de poli malo y ERC de poli bueno. Pero no nos dejemos engañar. Pincho de tortilla y caña a que cuando el Gobierno eche a andar, los dos gendarmes del procés vuelven como un solo hombre a sus posiciones de siempre. Y para entonces, al menos durante un año, Sánchez ya no tendrá marcha atrás.

 ?? ÓSCAR DEL POZO ?? El juez Pablo Llarena, el instructor del «procés»
ÓSCAR DEL POZO El juez Pablo Llarena, el instructor del «procés»
 ?? A DE A ?? Pedro Sánchez, presidente del Gobierno
A DE A Pedro Sánchez, presidente del Gobierno
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain