ABC (Córdoba)

«El Córdoba no ha sido un nuevo caso Reus por lo grande que es»

▶El fútbol moderno no para y el exdirector deportivo del Córdoba ya está en Indonesia para iniciar una nueva etapa de su carrera profesiona­l

- A. D. JIMÉNEZ

Hace poco más de un año, Rafael Berges emprendía un viaje de vuelta desde Indonesia con destino a casa. Lo llamó el Córdoba y no dudó lo más mínimo. En cuestión de horas, porque no pudo hacerlo en segundos, aparecía por las puertas de El Arcángel para ser el director deportivo de un club que quería pasar menos apuros que la temporada anterior para estabiliza­rse en el fútbol profesiona­l español. Sin embargo, el devenir de la temporada tornó su sueño en pesadilla hasta el punto de que a la conclusión del curso se vio obligado a poner el punto final antes de tiempo a su particular proyecto de vida. Pero la ésta, que es tan caprichosa como el fútbol, le ha devuelto con la misma celeridad hasta Indonesia, hasta la zona de Borneo, donde está de nuevo para dirigir al Mitra Kukar, club con el que siente la deuda de devolverlo a la Primera División de su país. Desde allí, Berges, antes de ponerse manos a la obra con su equipo, atendió a ABC por la vía de las nuevas comunicaci­ones, ya que la conversaci­ón sobre su salida había quedado pendiente..

–Hace nada era director deportivo en Córdoba y ayer (por hoy) ha dirigido su primer entrenamie­nto. ¿Le ha dado tiempo para desconecta­r u olvidar?

–Aunque parezca mentira, sí. Ya estoy con el chip cambiado. Me surgió esta posibilida­d y volví a dar el salto inverso.

Las frases

Podría decir que casi no lo pensé cuando me surgió la llamada. ¿Por qué? Porque estuve bien aquí y cuando me fui el equipo era de Primera y acabó descendien­do. Podríamos de decir que el equipo es de los más pequeños del país, pero eso no significa que no compitiera bien. El caso es que nada más acabar mi vinculació­n con el Córdoba me llamó el presidente y aquí estoy. También es verdad que lo peor es tener que dejar de nuevo a mi familia atrás y a mi club, pero en la vida hay que tirar para adelante.

–¿Le va a resultar difícil el paso del despacho al campo?

–Diría que no hay proceso alguno entre una situación y otra. Llego y a las pocas horas me pongo a entrenar. Es verdad que los condiciona­ntes de ahora son nuevos, porque en la Segunda de Indonesia no hay jugadores extranjero­s. Ahora te encuentras con equipos hechos por el dueño y durante la Liga te tienes que ganar su confianza para que escuche. Eso sí, voy a tener poco tiempo de adaptación porque empezamos la Liga el próximo sábado.

–¿Va a tener que reciclarse mucho de una función a otra?

–Para mí no genera un problema. Trabajaré con los que hay y ya se irá viendo para el futuro. En el Córdoba, era director deportivo. Ahora, después de lo vivido, prefiero entrenar y más porque en mi etapa de los despachos no hice casi nada. Y eso no me gusta, pero fue lo que me encontré en los diez peores meses de mi vida, porques me encontré con complicaci­ones y dificultad­es. –Aquí, seguro que es así. Y más en nuestro caso, ya que el presidente vive en la capital del país y está a mucha distancia de nuestra ciudad, más cerca de las islas de Borneo. Además, hay que recordar que me fui en su momento y tengo la sensación de que si me quedo, el equipo se hubiera salvado. Es decir, que ahora tengo que ganármelo de nuevo, porque los presidente­s desconfían, salvo que les demuestres cosas. Por ejemplo, nosotros teníamos un delantero español que terminó firmando por un equipo de Malasia, que se podría entender como una Liga mejor que la de Indonesia.

–Ya que estamos de presidente­s. En el Córdoba tiene un particular colecciona­ble empezando por su segunda etapa con Rafael Gómez.

–Hubo mucha gente que me recordaba la presentaci­ón de Gómez. Entonces, yo venía sin jugar y tras una lesión importante. Pero de Gómez me quedo con que quería lo mejor para el club costara lo que costara. Y se puede decir que, al menos, dejó una ciudad deportiva. Se dice que le faltaba tranquilid­ad, pero siempre buscaba lo mejor. –Y llegaba tras el año de Paco Jémez. Es decir, el año que mejor jugó el Córdoba. Él se marchó y yo que estaba en el filial tuve esa opción. Se marcharon jugadores, pero con el tiempo que di cuenta que el año fue bueno, aunque con el matiz de que aprendí que González siempre exigía por encima de las posibilida­des. Pero ganamos muchos puntos en casa y rozamos el play off. Sin embargo, surgió una persona en el club y me tuve que ir.

–¿Y Jesús León? Dijo que son incompatib­les, pero quiere que lidere el proyecto de Segunda B. –Y lo repito: Jesús León merece hacer un proyecto normal y desde cero, algo que las circunstan­cias no se lo han permitido hasta el momento. Su llegada fue en un momento que podríamos entender como límite. Y se salvó haciendo cosas que luego le condiciona­ron la temporada anterior. Pero ahora puede empezar de cero, sin tantas restriccio­nes como la Liga puede poner en Segunda B. En lo personal, le tengo aprecio y quiero que el club crezca. Otra cosa es que tengamos puntos de vista tan distintos. Por ello, considerab­a que lo mejor era separar los caminos. Sé que tengo otra manera de entender el fútbol y en un año duro se nota aún más.

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–¿Ha dicho que los equipos los hacen en Indonesia los presidente­s? ¿Sólo ocurre allí? Berges, en su última comparecen­cia

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