«No soy de llorar, pero sí lo paso mal por dentro»
▶ En su charla con ABC, el tres veces campeón del Mundo de MotoGP habla del bache emocional y de resultados contra el que lucha cada día
Además de piezas –que ha estrenado en este Gran Premio de Cataluña–, alguna respuesta y más esperanzas, Jorge Lorenzo (Palma, 1987) se ha traído de Japón un buen puñado de paciencia y honestidad. Ayer fue décimo en la sesión de clasificación, su segundo mejor sábado del curso (fue octavo en Le Mans). Todavía lejos de lo que querría y lo que se espera de él tras fichar con Honda. Consciente de los nervios y las dudas que suscitan sus números, decimocuarto con 19 puntos, defiende su trabajo en este reto dificilísimo de domar una moto que no está hecha para él y apela a la memoria: afrontó un desafío semejante con Ducati y, al final, ganó. Por eso, repite que ni antes era dios ni ahora es tan malo. Solo pide tiempo. Pero el tiempo es relativo y no todo el mundo lo mide igual. En su conversación con ABC en los sofás del hospitality de HRC, mira fijo a los ojos y se toma bastante para responder. Piensa lo que dice y casi siempre dice lo que piensa, aunque, como el tiempo, el grado de frustración en un campeón de tres títulos del mundo de MotoGP que no acaba de encontrarse es relativo y muy complicado de medir.
—¿Cómo está?
—Aprendiendo mucho de mí mismo. Es una situación difícil que no he vivido en muchas ocasiones de mi carrera deportiva, por suerte. Pero te hace entenderte a ti mismo, cómo piensa tu cerebro, cómo es posible modificar tus pensamientos. Me estoy haciendo experto en eso. La situación es difícil y normalmente el cerebro se va a los pensamientos negativos. Tengo que cambiarlos hacia lo positivo y hacia la búsqueda de soluciones, en vez de encerrarme en los problemas.
—Contó lo que había aprendido en treinta años de vida, ¿ha aprendido más en estos dos últimos años sin tantas victorias?
—He aprendido a cambiar mi estilo de pilotaje, he aprendido más de mecánica, de la importancia de los pequeños detalles, de todo tipo, físicamente, y también en la vida. He aprendido sobre todo a cambiarme a mí mismo. No me quedaba otra si quería seguir siendo competitivo.
—Para alguien que ha ganado tanto y que le gusta ganar, ¿le han salido lágrimas de rabia en este tiempo?
—No suelo llorar mucho, no me llegan a salir las lágrimas, pero lo estoy pasando mal por dentro, sí.
—¿Cómo saca la frustración?
—La única forma que he encontrado es relativizar. Porque si piensas en negativo y entras en un círculo vicioso, es muy peligroso. He ido aprendiendo trucos a lo largo de mi vida: distraerse con algo, respirar profundamente y meditar, y otra es darme cuenta de las cosas que uno tiene, que también son muchas. He aprendido a apreciar lo que tengo, lo que he conseguido hasta ahora. Saco de ahí lo positivo, pero sin pararte en el camino por luchar por lo que quieres, por el futuro. No valorarme por mi última carrera.
—¿Cuánto le duele no estar en las presentaciones de los Grandes Premios?
—Eso no me importa mucho. No es lo que más me duele. Me duelen más otras cosas.
—¿Cómo qué?
—No poder demostrar con resultados la confianza que ha tenido Honda en mí. Han apostado por un piloto ganador de cinco mundiales al que le está costando demasiado la adaptación a la moto. El problema aquí es el tiempo. Si las dos partes ponemos empeño, yo por adaptarme más a la moto y Honda por darme cosas que amolden más mi zapato... quizá medio número más u otro tipo de plantilla… lo demostré en Ducati. Con tiempo y mucho trabajo se consigue: tener a Lorenzo y moto competitivos y ganadores. Pero en este mundo el tiempo pasa volando. Y nadie tiene mucha paciencia, ni el piloto ni el equipo.
—Ha dicho que no solo es por parte de Honda, que también usted está descontento con la situación. ¿Cuánta paciencia tendría usted?
—(Se queda varios segundos sin contestar) Buena pregunta, buena pregunta. Yo creo que con tiempo y voluntad
«Entiendo que un equipo ganador como Honda no puede tener un piloto siendo el décimo o el undécimo»
Conocimiento
«Me estoy haciendo experto en cambiar los pensamientos negativos en positivos y en la búsqueda de soluciones»