El Madrid saca el carácter
▶ Se quita los complejos ante el Barça al que gana con claridad en el primer duelo de la final
Sergio Scariolo levanta el trofeo de campeón de la NBA Sixers o los Bucks nos ha servido para darnos cuenta de que podía ser un año especial. Un sentimiento que ha ido creciendo de manera progresiva hasta hacerse imparable en la final.
—¿La llegada de Marc Gasol lo cambió todo?
—Ha sido decisiva para pensar en el anillo, porque con él llegó al equipo un jugador que ya estaba acostumbrado a ganar. Que sabe sacrificarse por el bien del equipo y que tiene un conocimiento del juego muy grande tanto en ataque y en defensa. Un jugador que ha aportado cosas más allá de la pura estadística.
—¿Cuánta culpa tuvo en ese traspaso Sergio Scariolo?
—Es cierto que en el momento en el que se estaba cocinando el traspaso estuve en contacto con Marc e intentaba ser objetivo. Me miraba al espejo y me preguntaba a mí mismo si estaba recomendando el fichaje por cariño hacia él y por el gusto de tenerlo cerca o porque pensaba que podía ser bueno realmente para el equipo. Fueron horas de mucho contacto con Marc, animándole y presentándole las cosas como positivas para él. Lo hacía de manera emocional, pero al final me di cuenta de que sí que era lo mejor para el equipo, como se ha demostrado.
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REAL MADRID
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FC BARCELONA de juego del Real Madrid, donde todos parecían entonados. A los triples de Randolph y Campazzo le sucedieron los de Llull, acertadísimo en un primer cuarto en el que anotó nueve puntos. La distancia en el electrónico no era abismal (22-17, min. 10), pero sí que se notaba una diferencia total de intensidad. Porque los blancos jugaban con la ambición desatada, impulsados por la posibilidad de quedarse sin títulos por primera vez en la era Laso, y eso, por momentos, fue un factor clave en la cancha.
El acierto exterior de Rudy Fernández en el inicio del segundo cuarto catapultó a su equipo y obligó a Pesic a pedir tiempo muerto. Era incapaz de contener a su rival, superado el Barcelona en todas las facetas. Solo Oriola parecía tener cierta facilidad para perforar el aro blanco. Un salvavidas demasiado frágil que no impidió el naufragio azulgrana antes del descanso (47-32, min. 20).
El recuerdo de la final de Copa, en la que los blancos llegaron a ir ganando por 18 puntos antes de terminar cediendo en un polémico final, hizo que el Madrid no saliera relajado tras el descanso. Ni siquiera el buen arranque de su rival incomodó esta vez a los de Laso, demasiado enfocados en el objetivo como para perderlo de vista. A los triples de Singleton respondía Randolph, intermitente en sus intervenciones, pero brillante en casi todas ellas. Era evidente la reacción visitante, pero insuficiente.
Porque no existía esta vez un resquicio para meter mano al campeón. Ni siquiera con un parcial de 7-1 a caballo entre el tercer y último cuarto que ponía la diferencia por debajo de los diez puntos llegaron los nervios al banquillo de Laso. Los blancos respondieron con contundencia por medio de Taylor y Causeur, dos de los secundarios de lujo del equipo madridista, que sumaron 11 puntos consecutivos para sepultar cualquier esperanza azulgrana (74-54, min. 34).
No se rindió el Barcelona, pero su reacción no fue suficiente para poner en aprietos al Madrid, que mañana, en el mismo escenario, tratará de volver a ganar para viajar a Barcelona con un 2-0 en la eliminatoria.
Salida blanca El inicio de partido del Real Madrid le sirvió para sentar las bases de la victoria