ABC (Córdoba)

LA SEMANA DE LOS PACTOS

España lleva años pidiendo a gritos una reforma de la ley electoral que sea más justa y equitativa y refleje con mayor exactitud la intención de los votantes

- ÁLVARO YBARRA PACHECO Director de ABC de Sevilla

emana de pactos. El miércoles el Gobierno Andaluz pudo sacar adelante sus primeros presupuest­os gracias al apoyo de PP, Cs y Vox. El acuerdo no sólo evita que la Junta permanezca semiparali­zada, algo a lo que ya nos habíamos acostumbra­do, sino que consolida al nuevo Ejecutivo, que a partir de ahora tendrá las manos libres para aplicar sus cuentas. El sábado también terminaron los trapicheos de los partidos para elegir a los gobiernos municipale­s. Salvo en los casos como el de Sevilla en los que gobierna la lista más votada o en los que suman fuerzas los representa­ntes de partidos ubicados

Sen el mismo espectro político, ya sea de derechas o de izquierdas, el resto no dejan de ser componenda­s contra natura que invitan a sospechar de la adulteraci­ón del voto de los ciudadanos en base a intereses que se nos escapan.

España lleva años pidiendo a gritos una reforma de la ley electoral que sea más justa y equitativa y refleje con mayor exactitud la intención de los votantes. No soy el único que entiende que la lista más votada debe tener una prima al estilo de otras normativas electorale­s europeas, como la inglesa o la italiana, o una segunda vuelta entre los partidos más votados, como en Francia. Pero sobre todo deben establecer­se los mecanismos necesarios para evitar que fuerzas de dudosa representa­tividad se conviertan en árbitros de la gobernabil­idad de las institucio­nes, sobre todo en los municipios donde proliferan los acuerdos a tres, cuatro y hasta cinco bandas.

Es cierto que PP y PSOE tendrían que haber tenido el suficiente coraje político para acometer la reforma electoral cuando gozaban de mayoría absoluta. Pero no lo hicieron, bien porque no convenía a sus intereses coyuntural­es o por la presión de los partidos nacionalis­tas, maestros en el arte de arrimar el ascua a su sardina gracias a su sobrerrepr­esentación. Entiendo que en la actualidad, con el desafío catalán encima de la mesa, la reforma está más difícil que nunca. Sólo un acuerdo entre las grandes fuerzas, a las que se podrían sumar los partidos constituci­onalistas, podría decantar un cambio de la ley. A la larga todos saldrían ganando menos aquellos que quieren romper España.

@aybarrapac­heco

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