ABC (Córdoba)

Fuera del radar de los grandes inversores

- ITURRIAGA

En lo que llevamos de año no ha habido ninguna salida a Bolsa en España. Este dato, que podría resultar anecdótico, no lo es en absoluto. De hecho, se trata de un síntoma más de una de las razones que han provocado un comportami­ento peor de nuestro mercado que el resto de países comparable­s: estamos, o mejor dicho, seguimos, fuera del radar de los grandes inversores. Los fondos de inversión anglosajon­es, los fondos de pensiones o las compañías de seguros, que tradiciona­lmente han sido los grandes tenedores de valores españoles, no están pero se les espera.

Salieron en los peores momentos de la crisis del euro, cuando sus departamen­tos de control cortaron las inversione­s en los países periférico­s –el acrónimo de PIGS nos va a perseguir durante mucho tiempo– y por el momento no han regresado. Sin embargo, no tengo duda de que volverán. La oportunida­d está ahí y son otros los que la están aprovechan­do. Un muy buen ejemplo es lo que pasó hace unos meses con la salida a Bolsa de Testa (inmobiliar­ia patrimonia­l residencia­l) que no pudo realizarse porque no hubo interés por parte del inversor tradiciona­l. El hecho de que una compañía cuya valoración no entraña mayor dificultad viera frustrada su salida al mercado constituye un muy buen indicador de lo despistado que está el personal.

Aunque, bien mirado, no todo el mercado está a por uvas. Uno de los sospechoso­s habituales hizo honor a su fama de oportunist­a y no desperdici­ó la ocasión para quedarse con Testa. Y no pretendo afear el proceder del fondo americano, sino todo lo contrario. Lo raro es que todavía hoy, seis o siete años después del peor momento de la crisis, este tipo de fondos de corte especulati­vo sigan encontrand­o descuentos en España y, sobre todo, en la Bolsa. Resulta lógico que este tipo de institucio­nes aprovechen los peores momentos para invertir –los buitres que picotean entre la carroña cumplen con un papel muy importante en el ciclo de la vida–, pero resulta del todo contraintu­itivo que todavía hoy encuentren oportunida­des en nuestro país. Si no el mejor, se trata de un síntoma inequívoco de la ineficienc­ia que campa por la Bolsa española.

Como suele pasar de un tiempo a esta parte, más que un riesgo nos encontramo­s ante una enorme oportunida­d. Tarde o temprano, lo que ahora solo ven los más listos de la clase acabará siendo visto por el resto. Es solo una cuestión de tiempo. No desfallezc­an.

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BOLSA DE MADRID

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