LOS EXTREMOS DE LOS MERCADOS
O bien en los próximos meses se confirma que estamos a las puertas de una (gran) recesión o los precios de algunos activos corrigen los excesos actuales
Existen determinadas situaciones extremas en el mercado que merecen una reflexión. Por un lado, la rentabilidad del bono alemán a diez años continúa hundiéndose. La semana pasada cerró al -0,30%, una cifra aberrante, ya que no tiene sentido que Alemania cobre por endeudarse. El Estado español tiene que pagar menos de medio punto porcentual por emitir deuda a diez años, lo que tampoco parece demasiado sensato. En el peor momento de la crisis del euro, estas cotizaciones –al menos, la del bono alemán– podían interpretarse
como una red de salvamento si la moneda europea saltaba por los aires. Eso no sucedió y hoy no puede aplicarse el mismo diagnóstico, pues ni los riesgos son los mismos ni justifican los precios actuales de la deuda española.
En la otra cara de la misma moneda, la cotización de los bancos está al nivel de los peores momentos de los últimos años. Hoy, las entidades de crédito europeas cotizan a los mismos múltiplos que cuando no éramos capaces de anticipar el alcance de la crisis financiera mundial o de la crisis del euro. No tiene sentido.
Además, las compañías más expuestas al ciclo económico también cotizan al precio del picón. El mercado no está discriminando. Desde hoteleras a acereras pasando por compañías que hacen piscinas. Todas.
Así las cosas, o bien en los próximos meses se confirma que estamos a las puertas de una (gran) recesión, tal y como parece estar poniendo en precio el mercado, o los precios que vemos en algunos activos –desde los bonos soberanos europeos a la cotización de bancos o inmobiliarias, pasando por los diferenciales de crédito– corrigen los excesos actuales.
Puede que nos estemos perdiendo algo, porque con los datos en la mano la probabilidad de una gran recesión es muy baja. O puede que el mercado se haya pasado de frenada una vez más y que nos encontremos ante una de esas oportunidades que no se vuelven a repetir.