El origen: la Junta Electoral Central
y ahora sostiene que la sentencia debe ser ratificada. Si el Supremo la confirma, Torra será inhabilitado en lo que tarde el TSJC en ordenar que se ejecute. Siempre podrá acudir al Tribunal Constitucional, pero el recurso no paraliza la sentencia y es poco probable que lo haga como medida cautelar, habida cuenta de su jurisprudencia.
Con el tribunal retirado a deliberar y la perspectiva de que la resolución se firme dentro de varios días, Torra se fue del Supremo después de hora y media de sesión tal y como entró, por la puerta
El 11 de marzo de 2019, la Junta Electoral Central ordenó al presidente de la Generalitat, Quim Torra, que retirase de los edificios oficiales las pancartas de apoyo a los presos del «procés» en como máximo 48 horas tras una denuncia de Cs por vulneración de la neutralidad de las administraciones públicas. principal y sin mediar palabra. Fuera le esperaban los fieles –varios se habían desplazado a la zona del tribunal para hacer declaraciones favorables a los medios–. Y se dirigió a otro rincón de Madrid, la librería Blanquerna, sede de la Generalitat en Madrid, que Torra definió, nada más llegar, como «la delegación de Cataluña en España» y que es habitual que los presidentes autonómicos la utilicen como lugar para las ruedas de prensa.
Contra España
Desde allí, Torra descargó su arsenal discursivo contra España, el sistema democrático, la democracia española, el Poder Judicial y, también, el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, formado por «una coalición que se presume progresista» y que no se solidariza con él: «¿Dónde están ahora mismo los aires de democracia y de justicia en España que se suponían en un Gobierno de coalición de izquierdas? ¿Dónde está hoy la solidaridad ante la represión descarnada?».
El tono y las formas fueron duras. Sonó a despedida. Pero adelantó que no piensa convocar elecciones, pese a que sus socios de ERC le insisten en ello cada vez que tienen ocasión. En esta línea, indicó que son los jueces del Supremo los que tienen «en sus manos la caída de un Govern» y «el fin de una legislatura parlamentaria».
Desde la Blanquerna, Torra, acompañado de Meritxell Budó, portavoz de la Generalitat, y su equipo del Gabinete, se volvió a Barcelona. A la espera de que el Supremo decida.