Casado reprocha al Gobierno su dejadez frente a las «okupaciones»
▶ La Policía solo podrá desalojar y detener sin orden judicial en caso de delito flagrante
Pablo Casado eligió el feudo popular de Badalona como escenario para redoblar sus reproches al Gobierno de Pedro Sánchez por infravalorar el problema de las «okupaciones». El líder del PP cargó contra el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, que el jueves en el Congreso había dicho que los problemas con la vivienda no estriban en la «okupación», sino en los precios «abusivos» de los alquileres y la «especulación». «Si justifica la «okupación», que deje vivir en el jardín de su casa a unos okupas», le respondió ayer Casado en una comparecencia sin preguntas desde Badalona.
La Salud es un barrio humilde y con mucha población inmigrante y de clase trabajadora, de toldos verdes y ropa tendida en los balcones. Allí, en las últimas elecciones municipales el 60 por ciento de los votos fueron para Xavier García Albiol, que hace tres meses recuperó la Alcaldía tras un altercado con los Mossos de su predecesor, el socialista Àlex Pastor. Con el alcalde como anfitrión, y secundado también por
Alejandro Fernández, líder del PP en Cataluña, Casado visitó un piso de la calle Pau Piferrer en el que, a petición de sus anteriores propietarios, Albiol había ordenado instalar una placa metálica para evitar el asalto de unos okupas que habían hecho varios intentos para hacerse con la vivienda. Cuando vio el modesto piso, de unos 40 metros cuadrados, Casado se acordó del chalé del vicepresidente segundo del Gobierno en Galapagar (Madrid). «Como Iglesias no tiene problemas de metros cuadrados, que deje que okupen su vivienda», le espetó el líder popular. Y aprovechó su visita a Badalona para insistir en el plan del PP para acabar con las «okupaciones ilegales»: que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado puedan desalojar un inmueble en 12 horas; aumentar las penas por delitos de usurpación; que los okupas no puedan empadronarse y dar herramientas en los tribunales a las comunidades jurídicas y comunidades de propietarios.
El barrio de la Salud es territorio Albiol, pero la presencia de la comitiva popular no dejó indiferente al vecindario, dividido entre decenas de simpatizantes y de detractores. Los primeros, aplaudiéndoles y saludándoles desde los balcones cuando Casado y Albiol se dieron un paseo por el barrio antes de subirse a los coches oficiales. Y los segundos, sosteniendo carteles con el lema «Somos pobres, no delincuentes», tratando de torpedear con gritos, y algunos con insultos, la comparecencia en plena de calle de los líderes populares.
Casado pidió «consenso político» para su plan contra las «okupaciones», justo el día en que el Ministerio del Interior presentaba su protocolo de actuación policial para atajar las «okupaciones». Está contenido en una instrucción en la que se detallan los tres niveles de delito (allanamiento, usurpación e infracción administrativa) y recoge directrices para elaborar los atestados policiales, cómo debe ser la respuesta de los agentes, cómo combatir a las mafias de la «okupación», así como otros mecanismos para obtener información completa. Por ejemplo, establece que se haga un mapa, un censo de viviendas afectadas y se colabore de forma estrecha con todos aquellos que puedan ayudar a prevenir (desde asociaciones de afectados, hasta vecinos, pasando por administradores de fincas). Pese a todas las novedades, la instrucción deja claro que la Policía solo podrá desalojar y detener en algún caso sin orden judicial en caso de delito flagrante.
«Si justifica la “okupación”, que deje vivir en el jardín de su casa a unos okupas», le espetó Casado